Santo Cura de Ars (jueves 4 agosto 2022)
De Corazón a corazón: Ez 3,16-21 (“Yo te he puesto como centinela”); Mt 9,35-10,1 (“Al ver a las muchedumbres, sintió compasión»)
Contemplación, vivencia, fraternidad, misión: Hay retazos de vida que parecen insignificantes, pero que han cambiado el curso de la historia. El Santo Cura de Ars, cuarenta años en un pueblito que no superaba los tres cientos habitantes, se hizo de verdad heraldo del evangelio sin fronteras. Vivió en sintonía con la compasión del Corazón de Jesús. Su secreto fue la capacidad de servir amando, desde el último lugar, anunciando a Cristo y su amor, presente en la Eucaristía. Así supo contagiar a otros del “amor eterno” de Dios y suscitar en la gente sencilla la fe y confianza que conquistaba el Corazón de Cristo. “Abramos el corazón, contentos de su presencia”. De este modo enseñaba a orar el Cura de Ars. Y uno de sus campesinos lo concretó así: “Yo le miro y él me mira”.
*Con María la Iglesia camina en comunión, abierta a las sorpresas del Espíritu Santo: El Santo Cura puso el nombre de todos sus feligreses en el Corazón materno de María. Decía: «En el corazón de esta Madre no hay más que amor y misericordia. Su único deseo es vernos felices. Sólo hemos de volvernos hacia ella para ser atendidos… El hijo que más lágrimas ha costado a su madre, es el más querido de su corazón… El corazón de María es tan tierno para nosotros, que los de todas las madres reunidas no son más que un pedazo de hielo al lado suyo».
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