Martes semana veintiuna Tiempo Ordinario (23 agosto, Sta. Rosa)
De Corazón a corazón: 2Tes 2,1-3.14-17 (“Dios os ha escogido desde el principio para salvaros por la acción santificadora del Espíritu… nos ha amado”); Mt 23,23-26 (“Descuidáis lo más importante: la justicia, la misericordia, la fe”)
Contemplación, vivencia, fraternidad, misión: Todos estamos programados o “vocacionados” según un designio de Dios, que nos ama en Cristo su Hijo y nos comunica la vida nueva del Espíritu Santo. El Señor nos ayuda a responder libremente a este programa maravilloso. Todo lo que no corresponda a este proyecto de Dios, es hojarasca o fantasía. Sin esta perspectiva, se inventan “mesianismos” y anuncios de desastres apocalípticos, que no tienen que ver nada con los latidos del Corazón de Cristo. La vida es hermosa si se construye como donación.
*Con María la Iglesia camina en comunión, abierta a las sorpresas del Espíritu Santo: María (con José y el niño Jesús) cumplía todos los años con la fiesta de Pascua, peregrinando a Jerusalén (Lc 2,41); de la presencia y de la “ausencia” de Jesús (cuando se perdió en el templo para seguir el proyecto del Padre) aprendió el sentido del dolor, profundizando en su maternidad de misericordia para todos los que buscan la verdad y el bien.
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