365 días con santa Faustina
Reflexión 136: El poder de un corazón agradecido
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Si examinara el contenido de su vida de oración durante el mes pasado, ¿qué vería? Ojalá hubiera muchos momentos de entrega, intercesión, alabanza y adoración. Y con suerte también hubo muchos momentos en los que tu oración consistió en un profundo agradecimiento a Dios. Estar agradecido, verdaderamente agradecido y expresar esa gratitud en la oración es poderoso. Tenemos mucho por lo que estar agradecidos y, sin embargo, muy a menudo, nos enfocamos más en nuestros problemas que en las innumerables bendiciones que Dios nos ha otorgado. Incluso en medio de la hora más oscura de la vida, hay muchas cosas por las que un alma santa puede estar agradecida. Ofrecer oraciones de gratitud a Dios, con mucha sinceridad, tiene el potencial de elevar nuestro espíritu a las alturas del auténtico gozo espiritual (ver Diario # 675).
¿De qué estás agradecido? Mejor dicho, ¿de qué manera te ha bendecido Dios en abundancia? Si no se da cuenta de inmediato de las bendiciones de Dios, es una buena señal de que es posible que deba dedicar más tiempo a "contar sus bendiciones". Es bueno mantener nuestros ojos en las innumerables bendiciones que Dios nos ha otorgado, verlas, nombrarlas y alegrarnos en ellas. Cuanto más los vemos, más crecemos en gratitud, y cuanto más crecemos en gratitud, más bendecidos somos.
Señor, te agradezco con profunda gratitud las innumerables bendiciones en mi vida. Ayúdame a ser cada día más consciente de esas bendiciones y a estar agradecido por ellas. Ayúdame a ver que la vida misma es un regalo y que estás activo en mi vida día y noche. Ayúdame a ver especialmente estas bendiciones cuando la vida es difícil o cuando alguna carga me agobia. Que me llene de un corazón agradecido y me regocije siempre en tu bondad. Jesús, en Ti confío.
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