domingo, 26 de julio de 2020

Reflexión 208: Una flecha espiritual de la misericordia



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Reflexiones diarias sobre la Divina Misericordia
365 días con santa Faustina


Reflexión 208: Una flecha espiritual de la misericordia


Normalmente, una flecha hiere y mata. Las flechas se han utilizado a lo largo de la historia para la guerra y la caza. Pero una flecha espiritual de la Misericordia es muy diferente. Recordemos las palabras de Simeón el Profeta dichas a nuestra Santísima Madre: "Y tú mismo, una espada traspasará" (Lucas 2:35). Y en la Crucifixión, recuerde que "un soldado empujó su lanza hacia un lado e inmediatamente salió sangre y agua" (Juan 19:34). Una espada y una lanza perforaron los Corazones de nuestra Santísima Madre y Jesús. Así también deben ser perforados nuestros corazones. Pero la espada, la lanza o la flecha que debemos recibir no herirán de manera negativa si se acepta con amor. Más bien, provocará misericordia y compasión de nuestros corazones. La tristeza y el dolor se transforman dentro de esta "herida de amor" y esa herida derrama la Misericordia de Dios de nuestras vidas (VerDiario # 1082).

Reflexione hoy sobre dos cosas. Primero medita sobre las heridas espirituales en los Corazones de Jesús y María. Entra en el misterio de sus corazones perforados. Trate de comprender que la gracia surge como resultado de estas perforaciones, ya que producen compasión y misericordia para los necesitados. Segundo, reflexiona sobre tu propio corazón. Reflexiona sobre cualquier herida que lleves y permítete comprender que esta herida se puede transformar. Tiene potencial para compartir la Misericordia que fluye de los Corazones de Jesús y nuestra Santísima Madre. Permítete compartir su triste dolor por el pecado y fomentar la compasión por el pecador. En este acto, serás herido por una flecha espiritual de amor.

Señor, ayúdame a comprender el gran misterio del sufrimiento soportado por Tu Sagrado Corazón. Permíteme ver que aceptaste libremente esa herida para derramar Misericordia. Y ayúdame a aceptar también las flechas de los demás para que Tu Misericordia pueda derramarse a cambio. Jesús, confío en ti.

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