martes, 4 de septiembre de 2018

4 consejos de un exorcista para prevenir la influencia demoníaca

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Si existe una manera para alejar al diablo de nosotros, consiste en dejarse atraer por la bondad de Dios  


La lucha contra el mal comienza en la familia y la razón por la que muchos jóvenes actualmente se vuelven malos muy a menudo es que “viven sin la conciencia de la sacralidad de ser hijos y, por lo tanto, padres y madres”.

"Se parte del ser "una sola carne" y "un solo espíritu" para luego separarse a causa de atracciones diversas; y posteriormente volver a unirse y separarse de nuevo, en pareja, familias, hogares, países distintos y con hijos distintos... Muchos padres e hijos padecen, por lo tanto, soledad, rechazo, celos, traición, abandono, infelicidad, depresión, tristeza. De esta catástrofe provienen la delincuencia, la maldad."

Lo afirma el padre Gabriele Amorth, uno de los exorcistas más reconocidos. Ordenado sacerdote en 1954, en 1986 obtuvo el cargo de exorcista en la diócesis de Roma por el cardenal Ugo Poletti.

Dios es más bello que el diablo

Angelo De Simone, que vive en su misma comunidad religiosa, la Sociedad San Pablo, ha recogido en una larga reflexión-entrevista las ideas del sacerdote exorcista en el libro «Dios es más bello que el diablo». Testamento espiritual (Edizioni San Paolo, en italiano), en el que el padre Amorth habla de la maldad pero más aún del bien.

Para el padre Amorth, al día de hoy es fundamental redescubrir la relación filial, con el Padre celestial pero también con el terrenal, subrayando que la ausencia y, por lo tanto, el no conocimiento del padre abren una herida dolorosa en los hijos que los expone a desviaciones, delincuencia, y acciones verdaderamente malas.

Del mismo modo, debe recuperarse la relación con Dios, al cual -según el padre Amorth- el fundamentalismo religioso de nuestro tiempo le hace un pésimo servicio, oscureciendo su benévolo y tolerante rostro materno y paterno.

Personas heridas más que endemoniadas
"Muchas personas consideradas «endemoniadas» en realidad son individuos heridos, con muchas heridas en el alma porque hacen referencia sólo a la ley de Dios, sin siquiera haber saboreado su amor", afirmó Amorth

Angelo De Simone, expresa del Padre Amorth lo siguiente:

Movido por la premura y la caridad sacerdotal, el Padre Amorth los invita a redescubrir en sí mismos, a pesar de los límites personales, la identidad, la dignidad y la sacralidad de ser hijos de Dios... Gracias a esta liberadora identidad de hijo amado por Dios, el padre Gabriele logra enfrentar al diablo, habiendo recibido la fuerza y la gracia divinas para someterlo con autoridad.

En las almas infelices, el padre Amorth va en búsqueda de esa imagen y semejanza divinas que ninguna fuerza demoníaca logra siquiera arañar. Da por sentado que Dios está más presente, es más bueno, más bello y más atractivo que el diablo.

En sus respuestas a las preguntas de De Simone, el padre Amorth recuerda que el bien también existe en nuestros días; “no siempre, sin embargo, aparece ni es publicitado. Se difunde más bien lo que hoy algunos llaman la “eufobia”, es decir, el rechazo del bien”.

Fe y oración como antídoto


Las noticias sobre Dios son buenas noticias y, por lo tanto, son mayormente ignoradas. Las del diablo son malas noticias y obtienen más atención. El maligno, existe pero teme a nuestro Señor. La verdadera fe y la oración son posiciones formidables para defendernos contra el demonio.

Tanto el exorcista como el bautizado están seguros en cuanto tienen mayor conciencia de ser amados por Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, protegidos por la Santa Virgen María, por los ángeles y los santos: finalmente, están de parte del Más Fuerte y el Más Atractivo.

Cómo prevenir la influencia del demonio
¿Cuáles son las disposiciones interiores para prevenir la influencia del demonio? El padre Amorth aconseja principalmente lo siguiente:

Dejarse ayudar a interiorizar el posible malestar que está en nosotros” y que puede expresarse de muchas maneras: tristeza, rabia, violencia, rebeldía, incluso blasfemia.

Abandonar un comportamiento indiferente, apático, desinteresado respecto al bien para vivir con profunda serenidad y buena conciencia.

Estar en comunión con Dios, abandonando un posible ateísmo práctico, una vida de pecado, pasando a una vida en Dios.

Tener humildad, fe, orar, frecuentar los sacramentos, llevar una vida cristiana conforme al Evangelio, hacer obras de caridad, perdonar a los enemigos.
“Si existe una manera para alejar al diablo de nosotros, consiste en dejarse atraer por la bondad y la belleza que emanan del bien y de nuestro Dios y Padre”. expresó

Para concluir, Amorth dijo: "El Señor concede a los exorcistas y a los bautizados toda la gracia para poder enfrentar y superar al diablo."

A sus amenazas cada uno puede responder:
«Estoy envuelto en el manto de la Virgen, ¿qué puedes hacerme? Tengo de mi parte al arcángel san Miguel, intenta luchar contra él. Tengo a mi ángel de la guarda que vigila para que no sea tocado; tú no puedes hacer nada».

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>Publicado originalmente en: Aleteia.org, autor: Roberta Sciamplicotti

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