martes, 5 de septiembre de 2023

PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN DÍA 6 DE SEPTIEMBRE


PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN

Pensamiento bíblico :

Jesús resucitado dijo a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?». Él le contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Jesús le dice: «Apacienta mis corderos». Por segunda vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?». Él le contesta: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Él le dice: «Pastorea mis ovejas». Por tercera vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?». Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez: «¿Me quieres?» y le contestó: «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero». Jesús le dice: «Apacienta mis ovejas» (Jn 21,15-17).

Pensamiento franciscano :

«Nuestro Señor Jesucristo -escribe Francisco a todos los fieles- puso su voluntad en la voluntad del Padre, diciendo: Padre, hágase tu voluntad; no como yo quiero, sino como quieras tú. Y la voluntad del Padre fue que su Hijo bendito y glorioso, que él nos dio y que nació por nosotros, se ofreciera a sí mismo por su propia sangre como sacrificio y hostia en el ara de la cruz; no por sí mismo, por quien fueron hechas todas las cosas, sino por nuestros pecados, dejándonos ejemplo, para que sigamos sus huellas» (2CtaF 10-13).

Orar con la Iglesia :

Acudamos a Cristo, Palabra del Padre, que al acampar entre nosotros nos abrió el camino de la salvación, y digámosle: Líbranos, Señor, de todo mal.

-Por el misterio de tu encarnación, por tu nacimiento y tu infancia, por toda tu vida consagrada al servicio del Padre: Líbranos, Señor, de todo mal.

-Por tu trabajo, por tu predicación y tus largas horas de camino, por tu trato con los pecadores: Líbranos, Señor, de todo mal.

-Por tu agonía y tu pasión, por tu cruz y tu desolación, por tus angustias, por tu muerte y sepultura: Líbranos, Señor, de todo mal.

-Por tu resurrección y ascensión a los cielos, por la donación del Espíritu Santo, por tu gloria eterna, libra, Señor, a nuestros hermanos difuntos y llévalos contigo. Y a nosotros líbranos, Señor, de todo mal.

Oración: Dios todopoderoso, por el nacimiento de tu Hijo en nuestra carne, líbranos del yugo con que nos domina la servidumbre del pecado. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


 

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