miércoles, 21 de diciembre de 2022

Mi alma glorifica al Señor

 


Mi alma glorifica al Señor

Jueves 22 de diciembre

¡Paz y Bien!

Evangelio

Lucas 1, 46-56

En aquel tiempo, dijo María:

"Mi alma glorifica al Señor

y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador,

porque puso sus ojos en la humildad de su esclava.

Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones,

porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede.

Santo es su nombre,

y su misericordia llega de generación en generación

a los que lo temen.

Ha hecho sentir el poder de su brazo:

dispersó a los de corazón altanero,

destronó a los potentados

y exaltó a los humildes.

A los hambrientos los colmó de bienes

y a los ricos los despidió sin nada.

Acordándose de su misericordia,

vino en ayuda de Israel, su siervo,

como lo había prometido a nuestros padres,

a Abraham y a su descendencia,

para siempre."

María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa.

Palaba del Señor

Reflexión

Invitados a bendecir y alabar a Dios- Nos estamos preparando para la Navidad, debe ser el recuerdo agradecido a Dios, pues el Niño nacido en Belén, es el que nos ha enseñado la manera y la forma de ser personas dando un sentido concreto a nuestra vida. Haciéndose uno como nosotros nos está diciendo cómo se comporta Dios con nosotros y cómo quiere Dios que respondamos a ese comportamiento.

Ese comportamiento de Dios con la humanidad nos lleva a alabar y, bendecir tanto a Dios como a todas las personas. Bendecir es hablar bien, ensalzar, glorificar. Solemos percibir como bendición la que el sacerdote hace al final de la Eucaristía, bendecir la mesa y otras bendiciones de objetos. Naturalmente que todos necesitamos el favor de Dios, su protección y reconocimiento y por eso queremos que Dos nos bendiga. Sin embargo, somos menos sensibles a la bendición que podemos dirigir a Dios, como María, para alabarlo y glorificarlo. Y debemos ser sensibles a bendecir a las personas, para reconocerlas en su dignidad y en bien hacer, como Isabel.

Ojalá aprendamos a estar atentos para la bendición, para el bien decir a Dios y de Dios, a las personas y a todo lo creado por Dios. Cuando miramos la realidad desde el querer y hacer de Dios, percibimos la bondad de todo lo que Dios ha hecho, y provoca en nosotros con fuerza y ternura la alabanza y la bendición.

¡Feliz Jueves!

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