Reflexiones Católicas Diarias
¡Mi vida católica!
¡Mantente despierto!
26 de noviembre de 2022
Sábado de la Trigésima Cuarta Semana del Tiempo Ordinario
Lecturas para Hoy
“Mirad que vuestros corazones no se adormezcan por la glotonería y la embriaguez y las preocupaciones de la vida diaria, y ese día os sorprenda como una trampa”. Lucas 21:34-35a
¡Este es el último día de nuestro año litúrgico! Y en este día, el Evangelio nos recuerda lo fácil que es volverse perezosos en nuestra vida de fe. Nos recuerda que nuestros corazones pueden adormecerse por “las juergas y las borracheras y las ansiedades de la vida diaria”. Miremos estas tentaciones.
Primero, se nos advierte contra la juerga y la embriaguez. Esto ciertamente se aplica en un nivel literal, lo que significa que obviamente debemos evitar abusar de las drogas y el alcohol. Pero también se aplica a muchas otras formas en las que nos adormecemos por falta de templanza. El abuso del alcohol es solo una forma de escapar de las cargas de la vida, pero hay muchas maneras de hacerlo. Cada vez que cedemos a un exceso de un tipo u otro, comenzamos a dejar que nuestro corazón se adormezca a nivel espiritual. Cada vez que buscamos escapes momentáneos de la vida sin volvernos a Dios, nos permitimos volvernos espiritualmente somnolientos.
Segundo, este pasaje identifica “las ansiedades de la vida diaria” como una fuente de somnolencia. Muy a menudo nos enfrentamos a la ansiedad en la vida. Podemos sentirnos abrumados y agobiados por una cosa u otra. Cuando nos sentimos agobiados por la vida, tendemos a buscar una salida. Y con demasiada frecuencia, la "salida" es algo que nos adormece espiritualmente.
Jesús habla este Evangelio como una forma de desafiarnos a permanecer despiertos y vigilantes en nuestra vida de fe. Esto sucede cuando mantenemos la verdad en nuestras mentes y corazones y nuestros ojos en la voluntad de Dios. En el momento en que volvemos nuestros ojos a las cargas de la vida y no vemos a Dios en medio de todas las cosas, nos adormecemos espiritualmente y comenzamos, en cierto sentido, a quedarnos dormidos.
A medida que el año litúrgico llega a su fin, hoy, reflexiona sobre el hecho de que Dios te está llamando a estar bien despierto. Él quiere toda tu atención y te quiere completamente sobrio en tu vida de fe. Pon tus ojos en Él y deja que Él te mantenga continuamente preparado para Su inminente regreso.
Señor, te amo y deseo amarte aún más. Ayúdame a permanecer bien despierto en mi vida de fe. Ayúdame a mantener mis ojos en Ti a través de todas las cosas para que siempre esté preparado para Ti cuando vengas a mí. Jesús, en Ti confío.
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