PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Pensamiento bíblico:
San Pablo a los Corintios: -¡Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordia y Dios del consuelo! Él nos alienta en nuestras luchas hasta el punto de poder nosotros alentar a los demás en cualquier lucha, repartiendo con ellos el ánimo que nosotros recibimos de Dios. Si los sufrimientos de Cristo rebosan sobre nosotros, gracias a Cristo rebosa en proporción nuestro ánimo (2 Cor 1,3-5).
Pensamiento franciscano:
De san Francisco en su Regla: -Impongo por obediencia a los ministros que pidan al señor Papa uno de los cardenales de la santa Iglesia Romana, que sea gobernador, protector y corrector de esta fraternidad, para que, siempre súbditos y sujetos a los pies de la misma santa Iglesia, estables en la fe católica, guardemos la pobreza y humildad y el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, que firmemente hemos prometido (2 R 12,3-4).
Orar con la Iglesia:
Dirijamos nuestra oración al Señor Jesús, que enriquece continuamente a su Iglesia con la fuerza del Espíritu.
-Tú que llamaste a Simón Pedro para hacerlo pescador de hombres, continúa enviando obreros a tu mies.
-Tú que apaciguaste la tempestad marítima para que no se hundiera la barca de los discípulos, protege de toda perturbación a tu Iglesia.
-Tú que enviaste al apóstol Pablo a evangelizar a los gentiles, haz que el mensaje evangélico sea proclamado a toda la creación.
-Tú que confiaste a la Iglesia las llaves del reino de los cielos, abre sus puertas a todos los que, cuando vivían, confiaron en tu misericordia.
Oración: Llegue a tu presencia, Señor Jesús, la voz de la Iglesia suplicante, para que te permanezca siempre fiel y nos cuide con amor y sabiduría. Tú que vive y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
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