martes, 7 de junio de 2022

Compartir en Cristo Miércoles semana décima Tiempo Ordinario (8 junio 2022)


Miércoles semana décima Tiempo Ordinario (8 junio 2022)

De Corazón a corazón: 1Re 18,20-39 (“Si el Señor es Dios, seguidle”); Mt 5,17-19 (“No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento”)

Contemplación, vivencia, fraternidad, misión: La gran sorpresa de los santos, como en S. Efrén de Siria, fue la de encontrarse con culturas maravillosas que, con su belleza y poesía, ya eran vehículo y preparación para recibir a Jesús. Faltaba (y falta) alguien que sea reflejo de Jesús y que lo contagie. A veces, se corre el riesgo de presentar un Jesús según las propias preferencias “idolátricas” o “egocéntricas”. A Jesús, la Palabra personal del Padre, pronunciada en el amor del Espíritu Santo, se le recibe tal como es, dejándose sorprender por su misterio de amor, que es siempre de infinita belleza, verdad y bondad. De otro modo, no sería Dios, sino una caricatura. El sermón de la Montaña lleva a su madurez, purificándolas, a todas las “semillas del Verbo”, aunque no sean las de nuestra cultura.

*Con María la Iglesia camina en comunión, abierta a las sorpresas del Espíritu Santo: Mirar el mundo con los ojos de Jesús, equivale a contemplar la belleza del sol, de las estrellas, de las flores y de los pájaros (y, sobre todo, la bondad de cada hermano) como destello de Dios Amor. De todo se puede hacer un “Magníficat” de alabanza y agradecimiento. Decimos a María: “Tú que has tejido la humanidad de Jesús, haz de nosotros constructores de comunión” (Papa Francisco, 25 marzo 2022)

 

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