Sábado semana tercera de Pascua (7 mayo 2022)
De Corazón a corazón: Hch 9,31-42 (“La Iglesia gozaba de paz… con el consuelo del Espíritu Santo”); Jn 6,60-69 (“A quién iremos”)
Contemplación, vivencia, fraternidad, misión: Las crisis históricas están dentro de una Providencia amorosa, que nos criba como el oro en el crisol. Las tormentas y los vaivenes de la historia se disipan cuando el corazón está centrado en “Alguien” (¿a “quién” iremos?). Entonces la vida recupera su sentido en Cristo, “pan de vida”, como Palabra y Eucaristía, presente en medio de los hermanos. La Iglesia primitiva, como la de cada época, estaba zarandeada por dificultades externas e internas. Por el hecho de ser fiel a Cristo (que tiene “palabras de vida eterna”), en medio de los vaivenes, la comunidad eclesial estaba siempre llena de la consolación del Espíritu de amor. La vida es hermosa y gozosa cuando se construye amando.
*Con María la Iglesia camina en comunión, abierta a las sorpresas del Espíritu Santo: La referencia al “cenáculo”, donde se ora “con María”, unifica el corazón y la comunidad.
Mensaje Vocaciones: Llamados a edificar la familia humana:
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