Miércoles semana quinta (18 mayo 2022)
De Corazón a corazón: Hch 15,1-6 ("Contaban lo que Dios había hecho por medio de ellos"); Jn 15,1-8 ("Yo soy la vid, vosotros los sarmientos… Separados de mí, no podéis hacer nada")
Contemplación, vivencia, fraternidad, misión: Lo más importante y lo más gozoso para un apóstol, a pesar de las dificultades, es que la humanidad entera se vaya abriendo a los nuevos planes salvíficos de Dios Amor en Cristo. El cristianismo no consiste principalmente en un conjunto de ideas y de estructuras (por necesarias que sean), sino en la presencia y en el amor de "Alguien" (Jesús Resucitado), con quien el creyente se encuentra todos los días y de quien ya no se puede prescindir. "Cristo se llama a sí mismo vid, como si fuera la madre y nodriza de los sarmientos que proceden de él" (S. Cirilo de Alejandría). La vida cristiana o es vida en Cristo, o no es.
*Con María la Iglesia camina en comunión, abierta a las sorpresas del Espíritu Santo: Colaboramos con Ella para que Jesús nazca en muchos corazones: “Por lo cual, también en su obra apostólica, con razón, la Iglesia mira hacia aquella que engendró a Cristo, concebido por el Espíritu Santo y nacido de la Virgen, precisamente para que por la Iglesia nazca y crezca también en los corazones de los fieles” (Lumen Gentium, n.65). Aprendemos de María a ser “madre de las almas”.
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