lunes, 18 de abril de 2022

Compartir en Cristo Martes en la octava de Pascua (19 abril 2022)



Martes en la octava de Pascua (19 abril 2022)

De Corazón a corazón: Hch 2,36-41 (“A este Jesús que han crucificado, Dios lo ha hecho Señor… Convertíos y bautizaos en el nombre de Jesucristo”); Jn 20,11-18 (Jesús a Magdalena: “Ve a decir a mis hermanos: subo a mi Padre y a vuestro Padre”)

Contemplación, vivencia, fraternidad, misión: La Magdalena buscaba a “Alguien”. Cristo la llamó por su nombre y ella se dejó sorprender por su amor. Quien busca de verdad a Jesús es que ya ha empezado a encontrarle. La Magdalena fue la primera en anunciar a los discípulos (los “hermanos”) que Cristo había resucitado. Es el gozo sobre todo gozo, de haberle encontrado y de gastar la vida para comunicarlo a los demás. Pedro, después de Pentecostés, será el primero en anunciarlo y llamar a la conversión y al bautismo. Ser testigo de Cristo Resucitado, comporta expresar en la propia vida la señal de haberlo encontrado, es decir, un cambio que sólo puede realizar Dios Amor: “Nosotros somos testigos” (Hch 2,32). Por esto Pedro tiene la audacia de urgir a “abrirse” (convertirse) al proyecto de Dios para “configurarse” (bautizarse) en Cristo.

*Con María la Iglesia camina en comunión, abierta a las sorpresas del Espíritu Santo: Pedro, con los demás discípulos y algunas mujeres (entre ellas, la Magdalena), en el Cenáculo se prepararon para ser testigos coherentes del Resucitado, “orando en sintonía con la Madre de Jesús” (Hch 1,14). “María nos ayuda a reavivar la llama de la fe tomando del fuego del Espíritu Santo, que anima de generación en generación el alegre anuncio del Evangelio, ¡porque la alegría de la Iglesia es evangelizar!” (Papa Francisco, 6 abril 2022).

 

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