sábado, 2 de abril de 2022

Compartir en Cristo Domingo quinto de Cuaresma, Año C (3 abril 2022).


Domingo quinto de Cuaresma, Año C (3 abril 2022)

De Corazón a corazón: Is 43,16-21 ("Mirad que realizo algo nuevo … abriré un camino en el desierto, corrientes en el yermo"); Fil 3,8-14 ("Todo lo considero basura con tal de ganar a Cristo"); Jn 8,1-11 ("Tampoco yo te condeno. Vete y en adelante no peques más")

Contemplación, vivencia, fraternidad, misión: Jesús nos lleva a todos en el corazón. Cuando le ponen ante el dilema de condenar o, por el contrario, hacerse reo de un delito, su amor a todo y a todos supera la prueba. Los dilemas no existen para quien ama de verdad. Su mirada amorosa llegaba hasta el fondo de aquellos pobres desgraciados que condenaban a los demás sin reconocerse pecadores. Jesús es exigente y, por esto, hace posible la recuperación de todos, sin excluir a nadie. Así es la verdadera misericordia, que hace justicia queriendo siempre lo mejor para todos. El milagro de hacer fecundo el desierto del alma es siempre posible gracias a la muerte y resurrección de Jesús. Es el “misterio pascual” de morir amando y perdonando, para resucitar y prolongarse en nuestra vida. Él murió y resucitó por todos" (2Cor 5,15).

*Con María la Iglesia camina en comunión, abierta a las sorpresas del Espíritu Santo: El verdadero apóstol lo arriesga todo (también las ventajas temporales y, si la hubiera, la propia “corona”), porque Cristo es más allá de todos los dones. María fue bienaventurada por haber recibido al Verbo antes en su corazón que en su seno. Su vida estaba modelada por la Palabra. "La Virgen María nos enseñe a acoger la misericordia de Dios, para que se nos vuelva luz para mirar a nuestro prójimo" (Papa Francisco, 27 marzo 2022).


 

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