CATECISMO DE LA DOCTRINA CRISTIANA, del Padre Jerónimo de Ripalda. PARTE 1 Las Oraciones elementales. Los Mandamientos de la Ley de Dios y los de la Santa Madre Iglesia
LAS ORACIONES ELEMENTALES
La Señal de la Cruz: persignarse
Todo fiel Cristiano está muy obligado a tener devoción de todo corazón a la Santa Cruz de Cristo nuestra Luz; pues en ella quiso morir por nos redimir de nuestro pecado, y librarnos del enemigo malo: y por tanto te has de acostumbrar a signar y santiguar, haciendo tres cruces: ha primer en la frente, porque nos libre Dios de los malos pensamientos: la segunda en la boca, porque nos libre Dios de las malas palabras: la tercera en los pechos, porque nos libre Dios de las malas obras; diciendo así: por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor Dios nuestro, en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
El Padrenuestro
Padre nuestro que estás en los Cielos, santificado sea Tu Nombre, venga a nos Tu Reino, hágase Tu Voluntad, así en la tierra como en el Cielo. El pan nuestro de cada día dánosle hoy, y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación, más líbranos del mal. Amén.
El Avemaría
Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de Tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
El Credo Apostólico
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Criador del Cielo y de la Tierra, y en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por el Espíritu Santo, y nació de Santa María Virgen. Padeció debajo del poder de Poncio Pilato. Fue crucificado, muerto y sepultado. Descendió a los infiernos, y al tercer día resucitó de entre los muertos. Subió a los Cielos, y está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la Comunión de los Santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne, y la vida perdurable. Amén.
La Salve Regína
Dios te salve, Reina y Madre de Misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos Tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de Tu vientre. ¡Oh Clementísima! ¡Oh Piadosa! ¡Oh Dulce Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
LOS MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS
Y DE LA SANTA MADRE IGLESIA
Los Mandamientos de la Ley de Dios son diez: los tres primeros pertenecen al Honor de Dios, y los otros siete al provecho del prójimo.
El primero, amar a Dios sobre todas las cosas.
El segundo, no jurar el Nombre de Dios en vano.
El tercero, santificar las Fiestas.
El cuarto, honrar a tu padre y madre.
El quinto, no matar.
El sexto, no fornicar.
El séptimo, no hurtar.
El octavo, no levantar falso testimonio ni mentir.
El noveno, no desear la mujer de tu prójimo.
El décimo, no codiciar las cosas ajenas.
Estos diez Mandamientos se encierran en dos: en servir y amar a Dios sobre todas las cosas, y a tu prójimo como a ti mismo.
Los Mandamientos de la Santa Madre Iglesia son cinco
El primero, oír Misa entera en los Domingos y Fiestas de guardar.
El segundo, confesar a lo menos una vez dentro del año, o antes, si espera peligro de muerte, o ha de comulgar.
El tercero, comulgar por Pascua Florida.
El cuarto, ayunar cuando lo manda la Santa Madre Iglesia.
El quinto, pagar diezmos y primicias.
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