domingo, 7 de junio de 2020

Reflexión 159: Misericordia a la hora de tu muerte


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Reflexiones diarias sobre la Divina Misericordia
365 días con santa Faustina


Reflexión 159: Misericordia a la hora de tu muerte


Cada vez que rezamos la oración "Ave María", rezamos por la hora sagrada de nuestra muerte. Al hacerlo, confiamos esa hora a nuestra Santísima Madre para que interceda por nosotros en el momento en que más la necesitemos. Otra oración sagrada para rezar en preparación para esa hora es la Coronilla de la Divina Misericordia. Con demasiada frecuencia tememos el momento de nuestra muerte. Y aunque esto es comprensible hasta cierto punto, debemos permitir que nuestro Señor nos revele la importancia y lo sagrado de ese momento sagrado. Todo en esta vida debe ser solo una preparación para esta última hora de nuestra vida terrenal. Si hemos buscado la abundante Misericordia de Dios a lo largo de la vida, entonces estaremos seguros de Su Misericordia al pasar a la próxima. Si no lo hemos hecho, aún debemos confiar en que Su Misericordia es infinita y, mientras tengamos aliento y vida, Él se ofrece a inundarnos con Su santo regalo (VerDiario # 811).

¿Temes la hora de tu muerte? ¿O temes la hora de la muerte de tus seres queridos? Si bien esto es normal y comprensible, debemos esforzarnos por ver esa hora como una hora de gran Misericordia. Dios ama, con un amor profundo, el alma que está en esta última hora de la vida. Él mira con santa anticipación al alma que desea la unión plena e inminente que le espera. Reflexiona sobre tu hora sagrada. Sepa que nuestro Señor desea comenzar su preparación para este momento hoy aumentando continuamente Su Misericordia dentro de usted. Permita que esa Misericordia se derrame y permita que prepare su corazón para el momento en que tenga el privilegio de ver a nuestro Señor cara a cara.

Bendita Madre, por favor ora por mí ahora y en la hora de mi muerte. Querido Jesús, deseo que mi corazón esté siempre preparado para el momento en que me llamas a ti mismo. Que todo lo que haga en esta vida se convierta en una preparación para ese momento de fallecimiento, y que reciba en esta hora una abundancia de Su Misericordia. Señor, por favor, también dame la gracia de ayudar a preparar a otros para esta hora sagrada y rezar fervientemente por ellos cuando llegue ese momento. Jesús, confío en ti.

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