martes, 21 de marzo de 2017

3 maneras San José es el modelo perfecto de la paternidad Católica

Lawrence OP, Flicker , CC BY-NC-ND 2.0
San José era viudo elegido por Dios para ser la cabeza de la Sagrada Familia. Era un marido fiel a María, y un padre adoptivo dedicado a Jesucristo. La Sagrada Escritura lo retrata como un hombre piadoso que siempre siguió a la voluntad de Dios.
Mientras nos preparamos para celebrar su solemnidad, haríamos bien en reflexionar sobre las tres principales formas en que San José sirve como el modelo perfecto de la paternidad Católica:

1) San José era justo

El Evangelio según San Mateo describe San José como un "hombre justo" (Mt 1,19). En el primer siglo, un hombre justo era aquel que obedece las leyes de Dios. Sabemos San José fue obediente porque él y María tomó al niño Jesús al templo para la consagración de acuerdo con la ley mosaica (Lc 2, 22-24).
Hoy en día, imitamos a San José por la obediencia a la ley divina, que figura en los Diez Mandamientos y ocho bienaventuranzas. También obedecemos los cinco preceptos de la Iglesia Católica.

2) Que San José, casto

La Iglesia Católica enseña María era una virgen perpetua. De ello se deduce San José no tuvo relaciones conyugales con ella. Era casto lo largo de su matrimonio, lo que le permite servir, de una manera especial, como un signo preeminente de la unión de amor de Dios con la humanidad.

Seguimos el ejemplo de San José cuando regulamos nuestros deseos sexuales. Para las personas individuales, sino que exige la abstinencia de cualquier tipo de actividad sexual; para las parejas casadas, que incluye la fidelidad mutua entre los cónyuges, así como una apertura al don de la vida.

3) San José era industrioso

San José era carpintero de oficio (Mt 13,55). Como tal, sabía que el valor del trabajo de un día duro. También comprendía los desafíos de proveer para una familia.
Su laboriosidad nos inspira a una mayor diligencia en nuestras profesiones. Independientemente de nuestras respectivas carreras profesionales, siempre hay que esforzarse por imitar a San José y de exponer nuestros mejores esfuerzos. Cristo promete pagarnos para el desempeño de conciencia de nuestros deberes (Col 3: 23-24).

Conclusión

La justicia, la castidad y la laboriosidad de San José lo el modelo perfecto de la paternidad católica hacen. Todos debemos tratar de seguir su ejemplo. Al hacer esto, él nos ayudará a ser los padres que Dios quiere que seamos.

San José, por favor, ¡ruega por nosotros!

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