Tener hijos supone sacrificios, dolor físico y psicológico, quebraderos de cabeza de todos los tipos (…) pero todo ello se ve superado con creces con la inconmensurable maravilla de la maternidad
Ser madre es difícil. Pero la maternidad es maravillosa. Sin embargo, Samanta Villar se queja en un libro que ha publicado recientemente, “Madre hay más que una”, de lo negativo de ser madre, de su decepción y de la irreversibilidad de la situación. Ella ha forzado la naturaleza, con lo que eso supone. Porque la naturaleza siempre responde, conocéis ese dicho popular de que “nunca perdona”. Forzar la naturaleza suele suponer algún efecto indeseado, efecto boomerang, como le ha pasado a ella: han llegado dos niños en lugar de uno… y todas las otras quejas que plantea en el libro, como su denuncia de la picaresca que hay alrededor de la donación de óvulos en España que, según ella, debe ser regulada por ley. También habla de sus derechos… (Podéis leer la entrevista aquí).
Pero los niños no son un derecho. Tampoco son una propiedad de los padres. Y es evidente, desde el inicio de los tiempos, que tener hijos supone sacrificios, dolor físico y psicológico, quebraderos de cabeza de todos los tipos, miedos, inseguridades… y todo aquello que rodea la vida humana, tan frágil y tan fuerte. Pero todo ello se ve superado con creces con la inconmensurable maravilla de la maternidad. No hay nada en esta vida que dé lo que da esa relación maternal (o paternal) con el hijo, en términos de alegría, satisfacción de ver su crecimiento y desarrollo, amor correspondido sin pedir nada a cambio, felicidad inefable y profundo gozo.
Sin embargo, hay muchos factores externos objetivos que hacen difícil la maternidad en la sociedad actual. Recordemos algunos de esos factores que dificultan efectivamente ser madre, y de los que hemos hablado con frecuencia en este Blog:
1) Los extensos y rígidos horarios laborales: Las jornadas laborales más compactadas y no tan partidas, así como flexibles a la hora de entrar y salir del trabajo, tiene múltiples beneficios. Entre ellos se encuentran el aumento de la productividad, el aumento del número de horas de sueño, (26% de la población duerme menos horas de las recomendadas), menor estrés, menor fracaso escolar, mejor salud física y anímica, así como una mejor calidad de vida al ganar tiempo para las relaciones familiares y sociales, el deporte, el ocio y la cultura. (Podéis ver el post aquí)
2) La falta de flexibilidad en las empresas: Para Alexandra Vincenzi, MD Gestión de Patrimonios en Goldman Sachs, tras su baja maternal las prioridades habían cambiado, la carrera profesional ya no era la prioridad en su vida y anima a las mujeres a tomarse vacaciones de verdad, sin desperdiciar ni una hora! Laia Crespo, Directora de Inversiones en Ysios Capital, confesó haberse perdido festivales de Navidad de sus hijos por “importantes reuniones”: hoy no recuerda de qué iban esas reuniones, pero no puede olvidar esas actuaciones que no vio… (Aquí tenéis el post)
3) El escasísimo apoyo económico a la maternidad. Recordemos las afirmaciones de Albert Sales, profesor de Sociología de la UPS de Barcelona: “Formar una familia es muy duro en España, porque la estabilidad que se necesita para mantener un proyecto de vida es inexistente. Hay que apostar sin ninguna duda por la conciliación y forzar al mundo empresarial a que la facilite. También deberíamos ser capaces de garantizar desde lo público un sistema de rentas para que las personas puedan tomar decisiones a largo plazo en su vida”. (Podéis leer el post aquí)
4) Las infraestructuras deficientes y escasas. Estas son necesarias para que la mujer pueda desarrollar una maternidad sin sobresaltos añadidos. Contar con servicios de salud y recursos para el cuidado de los hijos mientras trabaja es indispensable hoy. Y algunas empresas ya lo van comprendiendo. Carlota Pi Amorós (EMBA del IESE y socia fundadora de HolaLuz.com) nos explica que en su empresa “se vive como en una familia”. El proceso de selección es extraordinariamente largo y exhaustivo, porque busca profesionales que crean que vida personal y trabajo profesional pueden incluso compartir el mismo espacio físico. Así, sus oficinas del puerto de Barcelona cuentan desde el primer día (cuando solo había un bebé) con una guardería. En las reuniones de empleados se pueden ver padres y madres con bebé en brazos, y encima de la mesa portátiles, móviles… y juguetes, biberones, chupetes. Carlota es madre de tres niñas y fue tras uno de sus embarazos cuando, vista la incomprensión del empresario, se animó ella a emprender con un paradigma integrador y más humano. (Todo el post aquí)
5) El estilo directivo también es un factor determinante y este depende de la visión de la realidad, que a su vez depende de la experiencia. Mirad este artículo en el que una directiva pide perdón…
En la II Conferencia Women in Leadership del IESE, recordé que sin niños no hay clientes, como recoge La Vanguardia en este artículo.
La maternidad, como en el cuento, es tratada como el patito feo, incomprendida, no valorada…, siendo, en realidad, el cisne que permite la supervivencia, el desarrollo y belleza de nuestra sociedad.
Este vídeo me inspiró el post de hoy. Si nos decidiéramos a apoyar a las madres de los bebés humanos como apoyamos a las de los animales
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