lunes, 7 de junio de 2021

Las alturas de la santidad 7 de junio de 2021 Lunes de la Décima Semana del Tiempo Ordinario

 



Reflexiones diarias católicas
¡Mi vida católica!

Las alturas de la santidad
7 de junio de 2021
Lunes de la Décima Semana del Tiempo Ordinario
Lecturas de Hoy

Cuando Jesús vio la multitud, subió al monte y, después de sentarse, sus discípulos se le acercaron. Comenzó a enseñarles, diciendo: "Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos". Mateo 5: 1-3

Hoy se nos da el llamado increíblemente alto de las Bienaventuranzas para reflexionar. Jesús enseñó estas lecciones en una colina al norte del mar de Galilea. Muchos venían a Jesús para escucharlo predicar y presenciar sus muchos milagros. Acudieron a Él en este lugar remoto, y Jesús los hizo reclinarse mientras predicaba lo que ahora se conoce como "El Sermón del Monte". Este sermón se encuentra en el capítulo 5 al 7 del Evangelio de Mateo y tiene lugar poco después de que Jesús comenzara su ministerio público.

¡Qué manera de comenzar Su ministerio público! Esta enseñanza de Jesús era nueva y debe haber dejado a muchas personas hipnotizadas. Jesús ya no enseñó solo los preceptos del Antiguo Testamento, como los Diez Mandamientos; Ahora elevó la ley moral a un nivel nunca antes concebido.

Mientras la gente escuchaba a este nuevo maestro hablar con nueva autoridad y sabiduría, es posible que se sintieran emocionados y confundidos al mismo tiempo. Tener hambre y sed de justicia, ser misericordioso y limpio de corazón, y ser un pacificador podría haber sido aceptado. Pero, ¿por qué ser pobre, triste y manso se consideraba una bendición? Y aún más desafiante, ¿por qué fue bueno ser perseguido por causa de la justicia o insultado y acusado falsamente a causa de Jesús?

Cuando se comprende claramente la nueva y radical enseñanza de Jesús, no son sólo sus primeros discípulos quienes pueden haber estado confundidos y emocionados al mismo tiempo. Tú también, si escuchas verdaderamente sus enseñanzas y comprendes lo que Él quiere decir, encontrarás que estás desafiado hasta lo más profundo de tu ser. Las enseñanzas de Jesús deben aceptarse plenamente y sin vacilación.

Las Bienaventuranzas son nuestro llamado a la perfección. Nos trazan el camino por el cual viajamos a las alturas de la santidad y obtenemos la gloria del cielo. Son nuestra hoja de ruta afinada y detallada hacia la plenitud de la felicidad y la alegría. Pero también nos llaman a una transformación radical de nuestra mente y nuestras acciones. No se aceptan “fácilmente”, en el sentido de que requieren que nos alejemos de cada tendencia egoísta que tengamos y elijamos vivir libres de toda tentación, apego y pecado terrenales. La perfección aguarda a quienes escuchan, comprenden y abrazan las Bienaventuranzas.

Reflexione hoy sobre el comienzo de este desafiante Sermón del Monte. Trate de encontrar tiempo para llevar cada bienaventuranza a la oración. Solo a través de la oración y la meditación se comprenderá el significado completo de cada una de estas invitaciones a la santidad. Empiece por la llamada a la pobreza interior de espíritu. Esta bienaventuranza nos llama a un completo desapego de todo lo que no es parte de la voluntad de Dios. A partir de ahí, considere la importancia de lamentar su pecado, de buscar la pureza de corazón y la humildad en todas las cosas. Reflexiona sobre cada bienaventuranza y pasa tiempo con la que te resulte más desafiante. Nuestro Señor tiene mucho que decirte a través de este sermón. No dude en permitirle que lo lleve a las alturas de la santidad a través de él.

Señor de toda santidad, eres perfecto en todos los sentidos. Viviste todas las virtudes y Bienaventuranzas a la perfección. Dame la gracia de abrirme a Ti para que te escuche llamarme a la perfección de la vida y pueda responder generosamente con toda mi vida. Hazme santo, querido Señor, para que encuentre la felicidad y la plenitud que deseas otorgar. Jesús, en Ti confío.





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