Páginas

domingo, 21 de agosto de 2022

Reflexión 233: La respuesta del silencio

 




Reflexiones diarias sobre la Divina Misericordia
365 Días con Santa Faustina

Reflexión 233: La respuesta del silencio

A veces puede ser útil hablar abierta y completamente con Dios sobre lo que experimentamos en la vida. Puede sentirse obligado a hablar y hablar y hablar. Y Dios escuchará. Pero hay otros momentos en que las palabras parecen bastante insuficientes. De hecho, hay momentos en que las palabras parecen ser contraproducentes. En esos momentos las mayores bendiciones vienen a través del silencio. Debemos darnos cuenta de que el silencio es un lenguaje. De hecho, la comunicación con Dios, en momentos de silencio, tiene el potencial de ser mucho más profunda de lo que las palabras pueden brindarnos. No tengas miedo de la comunicación silenciosa con Dios. No sientas que debes hablar o incluso escuchar lo que Él tiene que decir. Simplemente estar en silencio, en Su presencia, sabiendo que Él está allí, puede ser exactamente lo que tu alma necesita en esos momentos (Ver Diario #1200).

Cuando oras, ¿sientes que debes hablar continuamente a nuestro Señor? ¿Sientes que debes hablar continuamente, diciendo esta oración o aquella? ¿O estás contento simplemente con estar en Su presencia en el silencio? Reflexiona hoy sobre tu experiencia de estar en silencio en la presencia de Dios. Trate de discernir el lenguaje único y profundo que Dios habla de esta manera. Trata de comprometerte con estos prolongados momentos de comunicación silenciosa con Dios y luego mira el fruto que dan en tu alma. Si descubres que estás más en paz, ganas un nuevo nivel de claridad en la vida o has crecido en cierta confianza, entonces puedes estar seguro de que estos buenos frutos en tu vida te han venido de Dios a través de la Misericordia de Su Corazón, comunicado a ti en el silencio.

Señor, deseo buscarte y conocerte. Ayúdame a escucharte hablar a través del silencio. Ayúdame a comprender este lenguaje profundo del amor y permitir que Tú me transformes a través de esta forma de oración. Te amo, amado Señor, y deseo descansar en Tu Corazón. Jesús, en Ti confío



No hay comentarios.:

Publicar un comentario