Páginas

miércoles, 6 de julio de 2022

Milagros y Fe 6 de julio de 2022 Miércoles de la XIV semana del Tiempo ordinario

 




Reflexiones Católicas Diarias
¡Mi vida católica!

Milagros y Fe
6 de julio de 2022
Miércoles de la XIV semana del Tiempo ordinario
Lecturas para hoy

Santa María Goretti, virgen y mártir—Memoria facultativa

Jesús llamó a sus Doce discípulos y les dio autoridad sobre los espíritus inmundos para expulsarlos y curar toda enfermedad y toda dolencia. Mateo 10:1

Jesús da a Sus Apóstoles una autoridad sagrada. Pudieron expulsar demonios y sanar a los enfermos. También ganaron muchos convertidos para Cristo por su predicación.

Es interesante ver este carisma extraordinario que tenían los Apóstoles para actuar milagrosamente. Es interesante porque no vemos que esto suceda con tanta frecuencia hoy en día. Sin embargo, en los inicios de la Iglesia parece que los milagros eran bastante comunes. Una de las razones de esto es que Jesús hizo una gran declaración al principio para poner las cosas en marcha. Los milagros que Él hizo y los de Sus Apóstoles fueron poderosas señales del poder y la presencia de Dios. Estos milagros ayudaron a que la predicación de los Apóstoles fuera más creíble y produjera muchos convertidos. Parece que, a medida que la Iglesia creció, los milagros en tan gran número no fueron tan necesarios para la autenticación de la Palabra de Dios. Las vidas personales y el testimonio de los creyentes finalmente fueron suficientes para difundir el Evangelio sin la ayuda de numerosos milagros.

Es útil entender esto porque vemos algo similar en nuestras propias vidas de fe y conversión. Muchas veces, al comienzo de nuestro viaje de fe, tenemos muchas experiencias poderosas de la presencia de Dios. Puede haber profundos sentimientos espirituales consoladores y una clara sensación de que Dios está con nosotros. Pero con el tiempo, estos sentimientos pueden comenzar a desaparecer y podemos preguntarnos a dónde fueron o preguntarnos si hemos hecho algo mal. Hay una importante lección espiritual aquí.

A medida que nuestra fe se profundiza, los consuelos espirituales que podemos recibir al principio a menudo pueden desvanecerse porque Dios quiere que lo amemos y lo sirvamos con una fe y un amor más puros. Debemos creerle y seguirle no porque nos haga sentir bien, sino porque es bueno y correcto amarle y servirle. Esta puede ser una lección difícil de aprender, pero esencial.

Reflexiona hoy sobre cuán profunda y sustentadora es tu fe. ¿Conoces y amas a Dios incluso cuando las cosas son difíciles y cuando parece lejano? Esos momentos, más que ningún otro, son los momentos en que su fe personal y su conversión pueden crecer con más fuerza.

Mi milagroso Señor, ayuda a que mi fe en Ti y mi amor por Ti sean profundos, estables y fuertes. Ayúdame a confiar en esa fe más que en cualquier “milagro” o sentimiento externo. Ayúdame a amarte ante todo por un amor puro hacia Ti. Jesús, en Ti confío.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario