365 Días con Santa Faustina
Reflexión 140: Ser incomprendido
En tus relaciones con los demás, ¿te sientes a veces incomprendido? Puede ser por un familiar cercano, un amigo, un compañero de trabajo, etc. El problema es que el contenido de tu mente, corazón, voluntad, intención y todas tus experiencias pasadas son las que dirigen tus acciones. Y nadie entiende todo esto excepto Dios. Ni siquiera entendemos completamente lo que hacemos y por qué lo hacemos la mayor parte del tiempo. Como resultado, es fácil que otros no nos comprendan a nosotros y lo que sucede dentro de nosotros. También puede ser fácil que otros nos malinterpreten e incluso nos juzguen. Esto puede ser difícil de aceptar, pero no debemos dejar que nos moleste. En cambio, debemos dirigir nuestra preocupación solo a lo que piensa nuestro Señor. Su Mente y Su juicio son todo lo que importa.Diario #700).
¿Puedes pensar en un momento en el que recientemente experimentaste la incomprensión de otro? Si es así, en lugar de dejarte enojar o lastimarte por esto, permite que pruebe las profundidades de tu propio corazón misericordioso. Acepta con gracia esta humillación y da gracias a Dios que te ha permitido participar en el mismo acto de incomprensión y juicio que Él mismo tomó. En esto, tienes la bendición de ser invitado a compartir la distribución de Su Divina Misericordia.
Señor, dame un corazón misericordioso. Cuando sea mal entendido, ayúdame a aceptar esto como una oportunidad para la gracia, el perdón y la Misericordia. Gracias por amarme lo suficiente como para permitirme soportar tal prueba. Me entrego a Ti, amado Señor, para que puedas obrar en mí ya través de mí para ser testigo de todo lo que has soportado. Jesús, en Ti confío.
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