eres elegido 20 de mayo de 2022 Viernes de la Quinta Semana de Pascua

 

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Reflexiones Católicas Diarias

¡Mi vida católica!

eres elegido

20 de mayo de 2022

Viernes de la Quinta Semana de Pascua

Lecturas para hoy

San Bernardino de Siena, Presbítero—Memoria Facultativa

“No fuiste tú quien me escogió a mí, sino que yo te elegí a ti y te designé para que vayas y des frutos que permanecerán”. Juan 15:16

A los niños les encanta jugar juegos. Cuando se organiza un juego entre dos equipos, los niños a menudo se alinean y esperan a ser elegidos. Cada niño espera ser elegido primero. Es afirmar ser querido para el equipo. Cuando se elige a un niño en último lugar, esto puede ser difícil y doloroso.

Esto revela el deseo dentro de cada uno de nosotros de pertenecer y ser querido. La buena noticia es que Dios nos elige a cada uno de nosotros. Él nos quiere como miembros de Su familia y quiere que le pertenezcamos. Esto es esencial para entender y, cuando se entiende, es muy afirmativo.

Es una buena práctica espiritual reflexionar regularmente sobre el hecho de que Dios nos eligió incluso antes de que naciéramos. Él nos conocía desde toda la eternidad y puso Sus ojos sobre nosotros, anhelando llevarnos a Su redil. Necesitamos entender esto, aceptarlo y creerlo. Pertenecemos.

Dios no solo nos elige para que le pertenezcamos, también nos elige para su misión. Él quiere usarnos para ir y dar fruto para Su Reino. Él quiere usarnos para un propósito sagrado y un llamado divino. Ser miembro de Su “equipo” significa que nuestras vidas tienen propósito y significado. No importa cuán “no calificados” podamos sentirnos a veces para hacer una diferencia, debemos recordar que Dios no nos ve de esa manera. Más bien, Él ve el potencial infinito dentro de cada uno de nosotros y elige usar ese potencial para la edificación de Su Reino.

Reflexiona, este día, sobre dos breves frases: “Yo te he escogido” y “Ve y da fruto”. Aceptar tu llamado de Dios cambiará tu vida y también cambiará la vida de aquellos a quienes estás llamado a servir.

Mi acogedor Señor, sé que me has elegido. Acepto Tu llamado en mi vida. Acepto el hecho de que me has designado para cumplir Tu misión de una manera única y gloriosa. Ayúdame a decir continuamente “Sí” a Tu llamado. Jesús, en Ti confío.