365 Días con Santa Faustina
Reflexión 105: Los efectos de la morada de Dios
¿Qué experimentarías si Dios habitara plenamente en lo más profundo de tu alma? ¡Paz, alegría y asombro! Y de estos dones, y de la morada de la Trinidad, tendréis coraje frente a las penalidades, fuerza para expulsar el miedo y una defensa impenetrable contra el maligno, contra sus mentiras y sus asechanzas. No estarás libre de la tentación y el sufrimiento, pero los vencerás ya que solo Dios habita dentro de ti, y Él será tu protección y alegría (Ver Diario #480).
¿Se ha apoderado de vuestra alma la Santísima Trinidad? Si es así, no habrá lugar para el pecado o el miedo. Verás los frutos de esta morada en tu vida diaria y estarás en paz. Si no ves a Dios obrando en tu vida de esta manera, invítalo a entrar. Esta no es una invitación única; más bien, debe convertirse en su hábito diario y deseo sincero. No os canséis de invitar a Dios a que habite en vosotros.
Señor, Tu presencia en mi vida es la Misericordia más grande que jamás podría recibir. No hay nada más grande que Tú viviendo en mí. Te agradezco que desees ser uno conmigo y tomar posesión de mi vida. Me entrego a Ti libremente y sin reservas, porque Tú eres mi Dios y mi todo. Jesús, en Ti confío.
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