Páginas

martes, 4 de agosto de 2020

Reflexión 217: El alma perezosa e inactiva





Reflexiones diarias sobre la Divina Misericordia
365 días con santa Faustina


Reflexión 217: El alma perezosa e inactiva


Agradecemos al maligno cuando permitimos que nuestras almas se vuelvan perezosas y ociosas en las cosas de Dios. Un alma ociosa es aquella que no busca comprometer la vida de Dios. Un alma ociosa es aquella que es pasiva en las cosas espirituales en lugar de activa . Ser "pasivo" significa que la persona es algo indiferente a los asuntos de fe y moralidad. Hay poco interés en estas áreas y, como resultado, se les da muy poco esfuerzo. No deleites al maligno siendo ocioso en tu vida espiritual. Vuélvete celoso, apasionado, trabajador, diligente y comprometido con el camino de la santidad. Busque encontrarse con nuestro Señor, personalmente, a través de una vida de generosa entrega a Él. Y nunca te canses de hacerlo con todos los poderes de tu alma (Ver Diario # 1127).


¿Qué te apasiona? Por ejemplo, ¿tienes algún pasatiempo o pasatiempo? ¿Tienes alguna actividad que te encanta hacer y con la que pasas mucho tiempo? Aunque un pasatiempo puede ser saludable, su mayor "pasatiempo" debe ser el de buscar a Dios y servir a su santa voluntad. Nada en la vida debería ocupar más tiempo y concentración que tu amor a Dios. Reflexiona sobre cuán determinado estás en tu vida de fe. ¿Qué tan comprometido estás en construir una relación con tu Señor misericordioso? ¿Estás inactivo o vago en esta área? Renueve su celo por Dios y permita que ese celo lo guíe a una relación cada vez más profunda con su Señor. Dale más de una hora a la semana y cosecharás las bendiciones de tu compromiso.

Señor, quiero ser santo. Sin embargo, me doy cuenta de que no deseo la santidad lo suficiente, prefiero estar ocioso y vago a veces. Por favor, aumenta mi celo y mi deseo de conocerte más. Y a medida que crezca en un amor más profundo por Ti, magnifica ese amor y ayúdalo a seguir creciendo de manera exponencial. Que nunca me canse de buscarte y amarte, querido Señor. Te doy mi vida Jesús, confío en ti.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario