PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Pensamiento bíblico:
Dijo Jesús a sus discípulos: «No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino. Vended vuestros bienes y dad limosna; haceos bolsas que no se estropeen, y un tesoro inagotable en el cielo, adonde no se acercan los ladrones ni roe la polilla. Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón» (Lc 12,32-34).
Pensamiento franciscano:
De las Admoniciones de san Francisco: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Hay muchos que perseveran en oraciones y oficios divinos, y hacen muchas abstinencias y mortificaciones corporales, pero, por una sola palabra que les parezca injuriosa para sus cuerpos o por alguna cosa que se les quite, escandalizados, enseguida se perturban. Estos no son pobres de espíritu» (Adm 14).
Orar con la Iglesia:
Bajo la acción del Espíritu Santo, que ayuda nuestra debilidad e intercede por nosotros para que sepamos pedir lo que nos conviene, presentemos al Padre nuestra plegaria.
-Para que la Iglesia, fiel al Señor, progrese en el amor universal que brota de la presencia viva de Cristo en la Eucaristía.
-Para que los gobiernos del mundo respeten los derechos de toda persona y fomenten la verdadera convivencia entre los ciudadanos.
-Para que se manifieste en nosotros el amor de Dios, padre de todos los hombres, y nos preocupemos de los más pobres y necesitados.
-Para que veamos presente y amemos a Dios en nuestros hermanos, y por tanto salgamos al encuentro de sus necesidades materiales y espirituales.
Oración: Dios fuerte y misericordioso, haz que la presencia de tu Hijo en la Eucaristía derrame sobre el mundo tu amor, tu paz y tu consuelo. Te lo pedimos, Padre, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario