Cómo evitar distraerse durante la oración: 8 prácticas recomendadas
27 de marzo de 2024
Editor de Héroes Católicos.
En los momentos tranquilos de oración, buscamos consuelo, guía y conexión con el Señor. Sin embargo, en medio del caos de nuestra vida diaria, mantener la concentración durante la oración a menudo puede parecer como intentar sostener un puñado de arena. Las distracciones, ya sean provenientes de estímulos externos o del parloteo interno de nuestra mente, tienen una forma de infiltrarse, diluyendo la pureza de nuestra práctica espiritual. Sin embargo, dominar el arte de la concentración en la oración no es un desafío insuperable.
Al incorporar ciertas prácticas y técnicas a nuestra rutina, podemos cultivar un sentido más profundo de presencia y reverencia en nuestra comunión con Dios. En este artículo, exploraremos ocho estrategias efectivas para ayudarte a evitar distraerte durante la oración, permitiéndote sumergirte completamente en la santidad del momento.
En la oración, imagina que estás solo ante Dios, que su presencia es real y que estás justo frente a él:
tener la sensación de que estás justo frente a un ser Todopoderoso puede hacerte sentir humilde y hacer que quieras concentrarte en esa persona. Así que antes de orar, pon en tu mente y en tu corazón que en este mundo solo estás tú y Dios. Imagina que estás solo ante Dios, que no existe nada más. Ni tus problemas, ni tus ambiciones, ni tus amigos, ni tus enemigos. Solo estás tú y Él.
“Señor, despégame del mundo”:
Siempre que estés en medio de una oración y tu mente comience a divagar, oblígate a orar mentalmente estas palabras “Señor, despégame del mundo” . Dilo una y otra vez pacíficamente hasta que vuelvas a la normalidad. Es importante pedirle a Dios que te desprenda de todo lo que te distraiga pacíficamente y sin preocupaciones, ya que la preocupación solo intensifica la distracción y la agitación.
Consistencia:
la práctica hace al maestro. Dedica un tiempo en tu día a la oración. Si eres nuevo en esto, puedes empezar con algo pequeño. Tal vez una oración de 15 minutos al día a las 6 p. m., o comenzar el día con una oración matutina o rezar el rosario todos los días. Luego, con el tiempo, mejora gradualmente la duración y el esfuerzo de tus oraciones. Lo importante es que adquieras el hábito hasta el punto de que tu día no esté completo si aún no has rezado.
Inspírate en los santos:
Nos distraemos fácilmente de la oración porque todavía no sabemos lo alegre que puede ser. Vemos las oraciones como una especie de tarea más en lugar de una forma de relajar la mente y el alma. Leer sobre las vidas de los santos puede inspirarnos y motivarnos a orar. Cuando vemos que estos santos eran personas comunes como nosotros que pasaban mucho tiempo en oración, no solo vemos cómo la oración ha cambiado sus vidas para mejor, sino que su paz y alegría se producen en el mismo momento de la oración. Y cuando eso sucede, nos motiva a querer hacer lo mismo. Especialmente si ese santo tiene mucho en común contigo. Nuestros santos patronos no solo nos dan razones esclarecedoras para orar, sino que su propia alegría al hacerlo insufla vida a la oración.
Redefina su vida de oración:
La mayoría de las personas solo oran cuando tienen problemas en su vida o si están pidiendo favores. Sin saberlo, han definido la oración como “pedir ayuda”. Redefínala como “hablar con la persona que más importa”. Y cuando Dios se convierte en la persona que más importa en su vida, ¿no le gustaría pasar más tiempo ininterrumpido con él?
No te dejes llevar por la distracción:
Dios entiende nuestra manera de pensar. Somos criaturas con un sentido de energía pensante muy elevado. Entiende que Dios también muestra misericordia con nuestras luchas mentales. Él aprecia que luchemos por Él. Porque es mejor luchar con Dios en oración, que estar en paz lejos de Dios.
Encuentra una oración devocional:
Tal vez te distraigas durante la oración porque tu oración no está en línea con ningún propósito. Oras solo por el hecho de orar. Pero las oraciones devocionales pueden ayudarte a concentrarte más al tener un propósito concreto para orar. Hay oraciones devocionales como las oraciones por las almas del purgatorio . Orar devotamente por las almas del purgatorio puede darte un sentido de propósito al ayudar a nuestros hermanos difuntos. Ayuda si sabemos por qué estamos orando realmente.
No ores apresuradamente:
Seamos honestos, cuando oramos apresuradamente es porque queremos terminar nuestra oración lo antes posible para poder seguir adelante y hacer otras cosas. Orar apresuradamente puede convertirse en un hábito. Y de repente, piensas que es tu vida de oración la que se está interponiendo en el camino de las cosas, y no al revés.
Al poner en práctica las técnicas descritas en este artículo, podrá fomentar una conexión más profunda con lo divino y experimentar el poder transformador de la oración en su forma más pura. Recuerde que el camino hacia el despertar espiritual no está exento de desafíos, pero con dedicación, atención plena y perseverancia, podrá trascender las distracciones que amenazan con descarrilar su comunión sagrada y desbloquear las alegrías de una buena vida de oración... ¡Que Dios esté siempre con usted!
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