LA CRUZ DE JESUS
¿Oh Hijitos, cuánto me habéis costado estando en mi cruz y en el momento de que me alzaron en lo alto quedó el símbolo de vuestra redención! Aquí tenéis clavado Mi Corazón, que es la llave por la cual abriréis los cielos de los que sois herederos.
Yo desde Mi Cruz bajé los ojos y viendo con amor infinito a mis verdugos pedí a mi Padre por su salvación. Mi amor es infinito y pudo más el amor que la muerte.
Triunfó Mi Amor y así, por este Amor, os abrí la gloria. Ved que el amor es necesario. El que no tiene amor no le será abierta la puerta.
Ved bien este amor que es paz, que es gozo en el dolor. Que siempre vuestro corazón desee tener más amor. Inundad vuestro corazón de amor. Amad a todos vuestros hermanos. Estad dispuestos a dar vuestra vida por ellos.
Os digo, vi a mi Madre junto a la cruz y la hice vuestra Madre, como herencia le dejé a los pecadores. Ved el amor misericordioso de mi Madre, que aceptó seguir sufriendo por vosotros, que ella sigue abogando por ustedes.
Yo, el que pude acabar con mis verdugos, los perdoné. Así vosotros perdonad, sed indulgentes como lo es Mi Padre.
Decís que no sentí esa lanza que atravesó Mi Corazón, mas os digo: sí la sentí y fue grande Mi alegría porque por ella entraron muchas almas que se gozarían de estar en ese cielo que les daba ya en vida, que muchos serían salvados por las gracias que serían derramadas para la salvación de tantos ingratos porque, como a una madre, Yo acogería a mis hijos en el seno de Mi Corazón y los llenaría de fuego y gran amor.
Entrad, recibid este amor que me ahoga y siento que mi agonía está cerca y que es grande mi dolor ver que muchos me ofrecen sus espaldas en vez de su corazón.
Yo los bendigo y Mi Madre que esta a vuestro lado siempre amándolos mucho.
Sagrado Corazón de Jesús.
Siervos del Divino Amor