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miércoles, 22 de noviembre de 2023

PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN DÍA 22 DE NOVIEMBRE



PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN

Pensamiento bíblico:

«Aleluya. Alabad al Señor en su templo, alabadlo en su fuerte firmamento; alabadlo por sus obras magníficas, alabadlo por su inmensa grandeza. Alabadlo tocando trompetas, alabadlo con arpas y cítaras; alabadlo con tambores y danzas, alabadlo con trompas y flautas; alabadlo con platillos sonoros, alabadlo con platillos vibrantes. Todo ser que alienta alabe al Señor. ¡Aleluya!» (Salmo 150).

Pensamiento franciscano:

Dice san Francisco en su Carta a toda la Orden: «Ruego a mi señor el ministro general, que haga que la Regla sea observada por todos, y que los clérigos recen el oficio con devoción en la presencia de Dios, no atendiendo a la melodía de la voz, sino a la consonancia de la mente, de forma que la voz concuerde con la mente, y la mente concuerde con Dios, para que puedan aplacar a Dios por la pureza del corazón y no recrear los oídos del pueblo con la sensualidad de la voz» (CtaO 40-42).

Orar con la Iglesia:

Celebremos la bondad de Dios, que por Cristo se reveló como Padre nuestro, y digámosle de todo corazón: Acuérdate, Señor, de que somo hijos tuyos.

-Concédenos vivir con plenitud el misterio de la Iglesia, a fin de que encontremos en ella un sacramento eficaz de salvación.

-Padre bueno, que amas a todos los hombres, haz que cooperemos al progreso de la comunidad humana y al establecimiento de tu reino en ella.

-Haz, Señor, que tengamos hambre y sed de justicia, y que, para saciarlas, acudamos a nuestra fuente, que es Cristo.

-Perdona, Padre, nuestros pecados, y dirige nuestra vida por el camino de la sencillez y del amor.

-Enséñanos, Dios nuestro, a contemplar tu belleza, tanto en la naturaleza como en las obras de arte, a fin de ser tocados por la luz de tu rostro, y así convertirnos en luz para nuestro prójimo.

Oración: Padre de bondad y de misericordia, que amas la inocencia y la devuelves a quien la ha perdido, atrae hacia ti nuestros corazones y abrásalos en el fuego de tu Espíritu, para que permanezcamos firmes en la fe y eficaces en el bien obrar. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.




 

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