PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Pensamiento bíblico:
«Que la paz de Cristo reine en vuestro corazón: a ella habéis sido convocados en un solo cuerpo. Sed también agradecidos. La Palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; exhortaos mutuamente. Cantad a Dios, dando gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados. Y todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre de Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él» (Col 3,15-17).
Pensamiento franciscano:
Del Cántico del Hermano Sol: «Altísimo, omnipotente, buen Señor,
tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y toda bendición. A ti solo, Altísimo, corresponden, y ningún hombre es digno de hacer de ti mención.
Loado seas, mi Señor, con todas tus criaturas... Load y bendecid a mi Señor, y dadle gracias y servidle con gran humildad» (Cánt 1-3.14).
Orar con la Iglesia:
El Señor Jesús instituyó el sacramento de su entrega e inmolación en el momento en que uno de los suyos se preparaba para traicionarle. Elevemos al Padre nuestra oración, agradecidos por el don de su amor.
-Por la Iglesia, que sufre en su cuerpo la deserción, la injuria, la mediocridad y manipulación.
-Por los pobres, los que no cuentan, los marginados, los totalmente ausentes incluso en las decisiones que más les afectan.
-Por los que están siempre dispuestos a decir al abatido una palabra de aliento, y a socorrer por amor y con amor al necesitado.
-Por todos los que estamos invitados siempre a participar en el banquete del sacrificio pascual de Cristo Jesús.
Oración: Señor Dios y Padre nuestro, acoge benigno nuestras súplicas y concédenos permanecer siempre fieles discípulos de tu Hijo, con sus mismos sentimientos y actitudes. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
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