PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Pensamiento bíblico:
El niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Cuando lo encontraron, le dijo su madre: «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados». Él les contestó: «¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?». Pero ellos no comprendieron lo que les dijo. Él bajó con ellos y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos. Su madre conservaba todo esto en su corazón (cf. Lc 2,41-51).
Pensamiento franciscano:
En su Oficio de la Pasión, san Francisco salmodiaba así: «Gritad de gozo a Dios, nuestra ayuda; aclamad al Señor Dios vivo y verdadero con gritos de júbilo. Porque el santísimo Padre del cielo, Rey nuestro antes de los siglos, envió a su amado Hijo de lo alto, y nació de la bienaventurada Virgen santa María» (OfP 15,1.3).
Orar con la Iglesia:
Al celebrar las maravillas que Dios realizó en santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, presentémosle a Él, por intercesión de ella, nuestras humildes súplicas.
-Por la Iglesia: para que acierte a proclamar cada vez con mayor claridad el Evangelio a los enfermos, los débiles, los pequeños, los pobres.
-Por los que tienen autoridad y poder en nuestra sociedad: para que faciliten la venida del reino de Dios prometido a los pobres de espíritu.
-Por los que sufren en su cuerpo o en su espíritu: para que sientan la presencia maternal de María, consuelo de los afligidos.
-Por todos los cristianos: para que alcancemos por mediación de María la plenitud de vida, la salud, la alegría y la paz.
Oración: Dios todopoderoso, que constituiste a María Madre de Jesucristo y Madre nuestra, concédenos experimentar el poder de tan excelsa intercesora. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
* * *
No hay comentarios.:
Publicar un comentario