PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Pensamiento bíblico:
Estando Jesús en la casa de Mateo, sentado a la mesa, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaban con Jesús y sus discípulos. Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos: «¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?». Jesús lo oyó y dijo: «No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa "Misericordia quiero y no sacrificios": que no he venido a llamar a justos, sino a pecadores» (Mt 9,10-13).
Pensamiento franciscano:
De la carta de san Francisco a un ministro: «En esto quiero conocer si amas al Señor y a mí, siervo suyo y tuyo: que no haya hermano alguno en el mundo que haya pecado todo cuanto haya podido pecar, que, después de ver tus ojos, se marche sin tu misericordia, si pide misericordia. Y si él no pidiera misericordia, que tú le preguntes si quiere misericordia. Y si mil veces pecara después delante de tus ojos, ámalo más que a mí para esto, para que lo atraigas al Señor; y ten siempre misericordia de tales hermanos» (CtaM 9-11).
Orar con la Iglesia:
Oremos a Dios nuestro Padre, que espera y acoge a los hijos que, después de haberse extraviado, vuelven al hogar.
-Por la Iglesia, que ha recibido de Cristo la misión de reconciliar: para que, aun en situaciones de odio o desamor, sea fermento de unidad y de paz.
-Por nuestro mundo, dividido en ricos y pobres, dominadores y dominados, vencedores y vencidos...: para que sea posible la paz, fruto de la justicia y del amor.
-Por los que se indignan contra los que perdonan y los que son perdonados: para que depongan su actitud intransigente y aprendan la misericordia de Dios Padre.
-Por todos los que hacemos nuestra la actitud de conversión del hijo menor de la parábola y esperamos la misericordia y el perdón de Dios: para que apreciemos el sacramento de la penitencia y la reconciliación eclesial con Cristo.
Oración: Dios Padre nuestro, que hiciste expiar nuestros pecados a tu Hijo Jesús, escucha nuestras súplicas y alégranos con el gozo de su salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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