PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Pensamiento bíblico:
Dijo Jesús a Nicodemo: -Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él (Jn 3,16-17).
Pensamiento franciscano:
Dice san Francisco en su Regla: -Devolvamos todos los bienes al Señor Dios altísimo y sumo, y reconozcamos que todos son de él, y démosle gracias por todos a él, de quien proceden. Y el mismo altísimo y sumo, solo Dios verdadero, tenga y a él se le tributen y él reciba todos los honores y reverencias, todas las alabanzas y bendiciones, todas las gracias y gloria, de quien es todo bien, solo el cual es bueno (1 R 17,17-18).
Orar con la Iglesia:
Invoquemos confiadamente al Padre y digámosle: Que nuestros ojos, Señor, vean tu salvación.
-Para que la Iglesia, iluminada por la luz de Cristo, sea luz para los pueblos que buscan el rostro de Dios.
-Para que los pobres sientan cercano el ejemplo y la presencia de la Virgen María y de san José.
-Para que los cristianos seamos testigos de la fe en Cristo y del amor a los hermanos, como el Maestro divino nos enseñó.
-Para que permanezcamos siempre en la palabra de Dios que escuchamos y así demos frutos de vida.
Oración: Padre y Señor nuestro, acoge las oraciones de tus hijos, para que podamos vivir siempre en la luz de Cristo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
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