Páginas

domingo, 23 de octubre de 2022

Abra este correo electrónico en su navegador web. Divina Misericordia Reflexión 296: El amor de un padre

 




Reflexiones diarias sobre la Divina Misericordia
365 Días con Santa Faustina

Reflexión 296: El amor de un padre

Imagine al padre que ama a su hijo con un amor ardiente. Están comprometidos en todos los sentidos con el cuidado y el bienestar de su hijo. Su amor es constante e irrevocable desde el momento del nacimiento hasta la edad adulta. Ahora imagine el dolor en el corazón de este padre si en algún momento su hijo los abandona y rechaza por completo su amor. Este padre amoroso no se dará por vencido, sino que pensará en su hijo día y noche, doliendo por dentro de amor, con la esperanza de poder recibir a su hijo de vuelta. Esto no es más que una débil imagen del amor del Corazón de Jesús. Como “imagen débil”, debemos darnos cuenta de que cuando rechazamos el amor de nuestro Señor, la herida de amor en Su Corazón produce el sufrimiento más profundo. Pero esto es un sufrimiento de amor. Y en lugar de que esta herida de amor haga que Él nos rechace, hace lo contrario. Cuanto más nos alejamos de Dios, cuanto más profunda es su herida de amor, y cuanto más profunda es su herida de amor, más derrama sobre nosotros su misericordia. Nunca dudes ni por un solo momento del amor irrevocable que Dios tiene por ti. Creer en este amor os dará valor para volver siempre a nuestro Señor (VerDiario #1447).

Reflexiona sobre el amor que tu padre te tiene. No, puede que no sea perfecto, y algunos pueden haber experimentado un gran dolor por parte de un padre, pero trata de imaginar cómo sería tener un padre que te ama con un amor incondicional. El conocimiento de este amor se convertiría en una constante invitación a dejarlos entrar en tu vida. Reflexiona también sobre esto como una débil imagen del amor de Dios por ti. No dudes de este amor. Vuélvanse a él y confíen en este amor irrevocable de nuestro Señor misericordioso.

Señor, ayúdame a comprender Tu amor irrevocable. Y a medida que comprendo este amor, dame coraje para nunca apartarme de Ti, pero cuando lo haga, dame coraje para volver siempre a Ti. Tu amor es perfecto y constante. Nunca falla y nunca se rinde. Gracias, amado Señor, por amarme a este grado perfecto. Ayúdame a amarte a cambio. Jesús, en Ti confío.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario