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martes, 5 de julio de 2022

Irracionalidad versus normalidad 5 de julio de 2022 Martes de la XIV semana del Tiempo ordinario

 



Reflexiones Católicas Diarias
¡Mi vida católica!

Irracionalidad versus normalidad
5 de julio de 2022
Martes de la XIV semana del Tiempo ordinario
Lecturas para hoy

San Antonio Zaccaria, Presbítero—Memoria Opcional

Santa Isabel de Portugal: Memorial opcional
(se celebra el 4 de julio fuera de los EE. UU.)

Un endemoniado que no podía hablar fue traído a Jesús, y cuando el demonio fue expulsado, el mudo habló. Las multitudes estaban asombradas y decían: “Nada como esto se ha visto nunca en Israel”. Pero los fariseos decían: “Él expulsa a los demonios por el príncipe de los demonios”. Mateo 9:32-34

Qué marcado contraste vemos en la reacción de las multitudes en comparación con la reacción de los fariseos. En realidad es un contraste bastante triste.

La reacción de la multitud, es decir, de la gente común y corriente, fue de asombro. Su reacción revela una fe sencilla y pura que acepta lo que ve. Qué bendición es tener esta forma de fe.

La reacción de los fariseos fue de juicio, irracionalidad, celos y dureza. Más especialmente, es irracional. ¿Qué llevaría a los fariseos a concluir que Jesús “expulsa los demonios por medio del príncipe de los demonios”? Ciertamente, no fue nada de lo que Jesús hizo que los llevaría a esta conclusión. Por lo tanto, la única conclusión lógica es que los fariseos estaban llenos de cierto celo y envidia. Y estos pecados los llevaron a esta conclusión ridícula e irracional.

La lección que debemos aprender de esto es que debemos acercarnos a otras personas con humildad y honestidad en lugar de celos. Al ver a quienes nos rodean con humildad y amor, naturalmente llegaremos a conclusiones genuinas y honestas sobre ellos. La humildad y el amor honesto nos permitirán ver la bondad de los demás y regocijarnos en esa bondad. Claro, también seremos conscientes del pecado, pero la humildad nos ayudará a evitar hacer juicios precipitados e irracionales sobre los demás como resultado de los celos y la envidia.

Reflexiona, hoy, sobre la forma en que normalmente piensas y hablas sobre los demás. ¿Tiendes a ser más como las multitudes que vieron, creyeron y se asombraron de las cosas buenas que hizo Jesús? ¿O eres más como los fariseos que tienden a fabricar y exagerar en sus conclusiones? Comprométete con la normalidad de las multitudes para que tú también encuentres alegría y asombro en Cristo.

Mi maravilloso Señor, deseo tener una fe sencilla, humilde y pura. Ayúdame a verte también en los demás de manera humilde. Ayúdame a verte y asombrarme de tu presencia en la vida de aquellos con quienes me encuentro todos los días. Jesús, en Ti confío.



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