Sábado semana 13ª Tiempo Ordinario (2 julio 2022)
De Corazón a corazón: Am 9,11-15 (“Yo reconstruiré el resto de mi Pueblo… los plantaré en su tierra”); Mt 9,14-17 (“Cuando se les arrebate el esposo, entonces ayunarán”)
Contemplación, vivencia, fraternidad, misión: El Señor está siempre dispuesto al perdón. Sus palabras son siempre actuales, recién salidas de su Corazón: “mi Pueblo”. Como cuando Jesús decía: “mi Iglesia”, “mis ovejas”, “mis hermanos”, “mi viña”… El sentido de “desposorio” cruza toda la historia de salvación. Ningún texto de la Escritura tiene sentido al margen de los latidos del Corazón de Cristo, Esposo y Amigo, que convive y comparte. A Jesús se le conoce amándole; no hay otra alternativa. Si no se capta su amor, se tergiversa su enseñanza y no se entienden sus exigencias.
*Con María la Iglesia camina en comunión, abierta a las sorpresas del Espíritu Santo: Jesús, como “Esposo” o “consorte” (que comparte la misma “suerte”), vive con nosotros las circunstancias de nuestra vida de hoy, porque son su misma biografía. María en las bodas de Caná invita escuchar a Cristo no para “saber”, sino para “compartir” esponsalmente la vida con Él. Así es “la nueva Alianza”.
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