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domingo, 26 de junio de 2022

ser resuelto Domingo, 26 de junio de 2022 Decimotercer Domingo del Tiempo Ordinario, Año C

 



Reflexiones Católicas Diarias
¡Mi vida católica!

ser resuelto
Domingo, 26 de junio de 2022
Decimotercer Domingo del Tiempo Ordinario, Año C
Lecturas para Hoy

Cuando se cumplieron los días en que Jesús sería alzado, determinó resueltamente viajar a Jerusalén, y envió mensajeros delante de él. Lucas 9:51-52a

Jesús estaba “resueltamente determinado” en su misión de viajar hacia Jerusalén. La importancia de esta línea se puede perder fácilmente.

Hay dos cosas que señalar acerca de este pasaje. Primero, Jerusalén era el destino donde finalmente moriría por los pecados del mundo. Era Su lugar de glorificación a través del Sacrificio de la Cruz. Por lo tanto, los discípulos no querían que Jesús fuera a Jerusalén porque sabían que era un riesgo. Pero Jesús vio a través del sufrimiento que pronto soportaría para la gloria futura del Sacrificio que ofrecería.

En segundo lugar, el hecho de que Jesús estaba "resuelto" en su determinación de ir a Jerusalén y sacrificar su vida revela su valor y amor perfecto. No temía lo que le sucedería porque tenía en mente un panorama más amplio. Vio el buen fruto de la salvación de muchas almas y esto eclipsó cualquier tentación de ser disuadido de Su misión divina.

Podemos aprender mucho de la determinación de Jesús de sacrificar Su vida en Jerusalén por la salvación del mundo. Ciertamente debemos ver el fruto de este sacrificio y estar eternamente agradecidos por ello. Pero también debemos verlo como una invitación a imitar las acciones de Jesús. En nuestras propias vidas hay muchas oportunidades que se nos dan para elegir una vida de sacrificio desinteresado por el bien de los demás. Estas oportunidades vienen en muchas formas, pero al final siempre son oportunidades de amor y entrega. Aunque el sacrificio nos tiente a huir en otra dirección, si mantenemos la mirada puesta en el buen fruto de todo sacrificio desinteresado, seremos animados a ser firmes en nuestra determinación de amor.

Reflexiona, hoy, sobre lo que sea tu “Jerusalén”. ¿Por qué estás invitado a sacrificar tu vida por amor? Cuando descubras cuál es, mira también tu disposición a abrazar este sacrificio por el bien de los demás y esfuérzate por imitar la firme determinación de nuestro Señor.

Mi decidido Señor, te ofrezco mi vida y acepto tu invitación a ofrecer mi vida por el bien de los demás. Dame el coraje y la determinación que necesito para ver el valor de una vida desinteresada y lléname con el amor inquebrantable de Tu santa voluntad. Jesús, en Ti confío.






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