Reflexión 352: Castigo y culpa

 

Reflexiones diarias sobre la Divina Misericordia
365 días con santa Faustina

Reflexión 352: Castigo y culpa

Puede que no sea agradable considerar el castigo de Dios. Pero debe entenderse que Sus castigos son reales y son un acto de Su abundante Misericordia. Cuando las almas se apartan de Dios y rechazan Su Misericordia, esto hiere profundamente Su Corazón. Como resultado, Dios se vuelve más "apasionado", por así decirlo, en Su búsqueda incansable. Una forma en que busca abrir sus corazones es a través de los castigos. Piense en los fariseos, por ejemplo. Estaban llenos de orgullo y egoísmo y el Señor los reprendió con dureza. Pero lo hizo para recuperarlos como un acto de gran Misericordia. A algunos les funcionó, a otros no (Ver Diario # 1703).

¿Conoce los castigos de Dios? Por ejemplo, ¿ha sentido el dolor de la culpa extrema por sus pecados? Si es así, preste atención a esto. Sepa que si se ha descarriado, especialmente por orgullo, el Señor derramará juicio sobre usted. Si persiste, lo derramará con venganza. Y cuando un alma permanece obstinada, la Misericordia de Dios no puede entrar. Pero cuando estos castigos producen un sentimiento de culpa santa, esto significa que la conciencia está trabajando y está en condiciones de cambiar. No te aferres a la culpa y no la ignores. Corre a la Misericordia de Dios para que Él pueda liberarte de tu pecado y devolver Su paz a tu corazón.

Señor, dame la gracia que necesito para volverme a Ti en todas las cosas. Que nunca necesite los feroces castigos de Tu Misericordia. Pero si necesito esta gracia, ayúdame a responder con la conversión de mis pecados. Jesús, en Ti confío.