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martes, 12 de octubre de 2021

Transformación interior 12 de octubre de 2021 Martes de la vigésimo octava semana del tiempo ordinario

 



Reflexiones diarias católicas
¡Mi vida católica!

Transformación interior
12 de octubre de 2021
Martes de la vigésimo octava semana del tiempo ordinario
Lecturas de hoy

Después de que Jesús hubo hablado, un fariseo lo invitó a cenar en su casa. Entró y se reclinó en la mesa para comer. El fariseo se asombró al ver que no observaba el lavamiento prescrito antes de la comida. El Señor le dijo: “¡Oh, fariseos! Aunque limpias lo de fuera del vaso y del plato, por dentro estás lleno de botín y maldad. ¡Tontos!" Lucas 11: 37–40

Es difícil imaginar a Jesús llamando tonto a alguien. Pero eso es exactamente lo que hizo. Este fariseo acababa de terminar de escuchar a Jesús dar una serie de enseñanzas y luego invitó a nuestro Señor a cenar a Su casa en un aparente gesto de bondad. Pero a medida que se desarrolla el pasaje, queda claro que este fariseo no es amigo de Jesús. En cambio, su hospitalidad y amabilidad son un manto para el mal dentro de su alma.

¿Por qué Jesús responde tan ferozmente, llamando tonto al fariseo? Porque este fariseo está lleno de hipocresía. Sus acciones exteriores no brotan de un corazón lleno de caridad y fe. En cambio, sus acciones exteriores son un espectáculo. Es un fraude. Él, como muchos de los fariseos, estaba muy interesado en varios rituales externos, como lavarse las manos escrupulosamente antes de comer. Creía que hacerlo era un signo de su santidad y cercanía a Dios. Pero no fue así. Su corazón estaba lleno de juicio y justicia propia. Miró a los demás hacia abajo y se elevó. Al hacerlo, engañó a otros e incluso se engañó a sí mismo.

El mensaje central que debemos tomar de esto es que debemos enfocarnos diligentemente en lo que está en nuestro corazón. Nuestros corazones, nuestra vida interior, deben florecer de amor a Dios y a los demás. Debemos poner todos nuestros esfuerzos en cultivar una vida sincera y virtuosa en nuestro interior. Esto se hace mediante la oración y la humildad. La humildad nos abrirá los ojos para ver la verdad de quiénes somos. La oración nos fortalecerá para cambiar a medida que vemos lo que necesita ser cambiado en nuestro interior. Solo entonces, cuando veamos claramente la verdad de quiénes somos y confiamos en oración en la gracia obtenida por medio de la oración, seremos capaces de convertirnos en personas de verdadera integridad y santidad. Y sólo entonces nuestra santidad interior se manifestará externamente en nuestras acciones.

Reflexione hoy sobre estas poderosas palabras de Jesús: "¡Necios!" No se ofenda por estas palabras; son palabras de amor de nuestro Señor. Son su feroz intento de despertar a este fariseo y alejarlo de su hipocresía. Escuche estas palabras como si también se las hubieran dicho a usted. Cada uno de nosotros puede beneficiarse humildemente de este amoroso castigo de Jesús. Cada uno de nosotros necesita ser humildemente transformado interiormente más plenamente. Deje que las palabras de Jesús le hablen y le revelen las formas en que necesita cambiar. Quizás tu orgullo te haya llevado a una práctica interior de juzgar a los demás. Quizás te ha cegado a los pecados que necesitas confesar. Si puedes escuchar estas palabras como si te las hubieran dicho, entonces el fervor de Jesús te alcanzará y tus ojos se abrirán a lo que hay en tu alma que necesita ser cambiado. No haga la vista gorda a esto. Sea abierto, sea humilde y escuche.

Mi ferviente Señor, hablaste palabras de amor de muchas maneras. A veces fuiste amable y a veces firme. Por favor, dame la gracia y la humildad que necesito para estar abierto a Tus firmes reprimendas de amor. Ayúdame a ver con sinceridad las formas en las que necesito cambiar mi vida para que Tu gracia transforme mi vida interior, fluyendo en mis acciones. Te amo, querido Señor. Ayúdame a amarte más. Jesús, en Ti confío.


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