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lunes, 19 de julio de 2021

Reflexión 200: La unidad del amor y el sufrimiento

 




Reflexiones diarias sobre la Divina Misericordia
365 días con santa Faustina

Reflexión 200: La unidad del amor y el sufrimiento

¿Se oponen el amor y el sufrimiento? En otras palabras, si sientes mucho sufrimiento, ¿puedes también tener un gran amor? Una pregunta a considerar es la siguiente: ¿Cuál es la fuente de tu sufrimiento? ¿Es tu pecado? ¿Es compasión por otro? ¿Es una herida física o psicológica? La verdad es que todo sufrimiento puede unirse con el amor en tu corazón. Esto es cierto incluso en el sufrimiento que padeces como resultado de tu pecado. El pecado claramente no es de Dios, pero cuando experimentas un sufrimiento interior como resultado de tu pecado, es una señal de que tu conciencia está trabajando y eso es bueno. El objetivo es tomar cada forma de sufrimiento que soportas, ya sea por el pecado o por cualquier otra fuente, y dejar que se convierta en un ímpetu de misericordia. Primero, debes permitir que la Misericordia de Dios alivie el dolor que sientes, y luego debes dejar que ese amor proveniente de la Misericordia del Señor transforme tu sufrimiento en tu propia misericordia. El sufrimiento y la misericordia deben encontrarse dentro de tu corazón y desde allí, extenderse a los demás (VerDiario # 1050).

¿Qué ves en tu corazón? Identifica específicamente cualquier sufrimiento que soportas. No importa cuál sea la causa, mírala y vive la experiencia. Al hacer esto, permita que la gracia que fluye del Corazón de Cristo entre. Y al permitir que entre, deje que Él transforme su dolor en un corazón lleno de misericordia y compasión por todos, comenzando por usted mismo. La Misericordia de Dios es abundante y puede eclipsar todo lo que experimentamos en la vida, incluso nuestro dolor. Deja que tu dolor se encuentre con la Divina Misericordia en tu corazón y serás cambiado para siempre.

Señor, te invito a mi corazón. Ven y habita allí y transforma todo dentro de mí a través de un abundante derramamiento de Tu Divina Misericordia. Que pueda amarte, querido Señor, sobre todas las cosas y permitir que Tu presencia en mi vida me cambie para Tu gloria. Jesús, en Ti confío.


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