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miércoles, 5 de mayo de 2021

Conectados firmemente a Cristo 5 de mayo de 2021 Miércoles de la Quinta Semana de Pascua

 



Reflexiones diarias católicas
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Conectados firmemente a Cristo
5 de mayo de 2021
Miércoles de la Quinta Semana de Pascua
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Yo soy la vid, ustedes son las ramas. El que permanece en mí y yo en él, dará mucho fruto, porque sin mí nada podéis hacer. Juan 15: 5

Lo primero que debe reconocer en este pasaje es el simple hecho de que Dios quiere producir buenos frutos en su vida. También quiere traer Su gracia y misericordia al mundo a través de ti. La vid no produce el fruto solo, sino que lo hace a través de los pámpanos. Entonces, si tomamos esta enseñanza al pie de la letra, Dios está diciendo que ha elegido traer Su gracia y misericordia a su vida y al mundo a través de usted.

Para añadir mayor claridad a esta santa misión que se nos ha encomendado a todos, Jesús hace una declaración muy profunda. Él dice "sin mí no puedes hacer nada". Al considerar esta línea pronunciada por nuestro Señor, puede ser útil reflexionar sobre lo que significa la palabra "nada". San Agustín señala que Jesús agregó “no se puede hacer nada” para enfatizar el hecho de que, por nosotros mismos, por nuestro propio esfuerzo, ni siquiera podemos producir un “poco” de buen fruto. Por ejemplo, sería como cortar una ramita de un manzano y esperar que la ramita produzca una manzana.

El fruto que Dios quiere producir también tiene lugar dentro de su alma, en forma de Frutos del Espíritu Santo. Estos frutos consisten en amor, gozo, paz, paciencia, bondad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio propio (véase Gálatas 5: 22–23). Cada uno de estos dones de Dios tendrá el efecto de transformarlo más plenamente en una imagen de Dios mismo en nuestro mundo. Trate de tomar un momento para considerar cada uno de esos Frutos del Espíritu Santo. Cada uno es muy deseable. Crecer en el deseo por ellos le ayudará a crecer en el deseo del Espíritu Santo en su vida.

Cuando el pasaje del Evangelio citado anteriormente se considera en sus dos partes, también está claro que si nos separamos de Dios, entonces es imposible experimentar cualquiera de los Frutos del Espíritu Santo. Sin una conexión firme con nuestro Dios, no tendremos amor, gozo, paciencia, bondad, etc. Nada de eso es posible a menos que nuestras vidas estén firmemente conectadas a la Vid, quien es Cristo mismo. Por tanto, es útil fomentar un deseo positivo por estos buenos frutos, así como un santo temor a perderlos.

Reflexione hoy sobre la imagen hermosa y significativa que nos dio Jesús de la vid y las ramas. Piense en una enredadera y luego piense en usted mismo firmemente apegado a esa enredadera. Siéntese con esa imagen en oración y deje que Dios le hable. Quiere hacer grandes cosas en ti y a través de ti. Si tan sólo se aferra a Él con todo su corazón, se producirá una abundancia de buenos frutos.

Jesús la Vid, Tú eres la fuente de toda bondad y, sin Ti, no puedo hacer nada. Ayúdame a recordar siempre cuán profundamente te necesito en mi vida y ayúdame a aferrarme a Ti siempre. Produzca abundancia de buenos frutos en mi vida y, a través de mí, en el mundo. Jesús, en Ti confío.




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