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sábado, 3 de abril de 2021

Sábado Santo con la Madre María 3 de abril de 2021 Sábado Santo Más para el Triduo

 



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Sábado Santo con la Madre María
3 de abril de 2021

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El Salvador del Mundo murió cruelmente en la Cruz. Su cuerpo destrozado fue puesto en la tumba. Sus discípulos se dispersaron y temieron que fueran los siguientes. Pero nuestra Santísima Madre se mantuvo en vigilia con la perfecta esperanza de que su Hijo resucitaría pronto.

Tradicionalmente, los sábados dentro del año eclesiástico se dedican a la Santísima Virgen María. Esta antigua tradición se desarrolló en parte debido a la creencia de que, mientras otros estaban llenos de miedo y confusión, la Madre María velaba el Sábado Santo en espera de oración por la resurrección de Jesús. Sabía que su Hijo resucitaría. Tenía una esperanza más allá de toda esperanza. Su fe estaba segura. Su amor la mantuvo alerta mientras esperaba el regreso de su Hijo.

Durante muchos siglos, se ha sugerido que la primera persona a la que se le apareció Jesús después de su resurrección fue su propia madre. El Papa San Juan Pablo II lo creyó. San Ignacio de Loyola lo creyó. Y muchos otros a lo largo de los siglos compartieron esta creencia.

Por estas razones, el Sábado Santo es un día ideal para reflexionar sobre el corazón meditabundo de nuestra Santísima Madre. En varias ocasiones en la Sagrada Escritura se nos dice que la Madre María reflexionó en su corazón sobre los misterios de la vida de su Hijo. Ella fue una de las pocas que estuvo a su lado en su agonía y muerte. Ella se paró ante la Cruz y reflexionó en oración sobre Su perfecto sacrificio. La Santísima Madre sostuvo Su cadáver en sus brazos y reflexionó adónde se había ido Su espíritu. Y hoy se mantiene en vigilia, reflexionando sobre su inminente regreso a ella.

Reflexiona sobre su corazón meditabundo. Intenta unir tu propio corazón con el de ella. Trate de entender lo que estaba pensando y esperando. Trate de sentir lo que ella sintió este triste día. Trate de experimentar su fe, su confianza y su gozosa expectativa.

Mucha gente en este mundo camina en desesperación y confusión. Muchos han perdido la esperanza en la nueva vida que les espera. Tantos tienen su propia forma de muerte interior sin permitir que Dios los atraiga a Su Resurrección. Tantas personas necesitan hoy la esperanza que estaba tan viva en el corazón de nuestra Santísima Madre ese primer Sábado Santo.

Reflexionen sobre la realidad del Sábado Santo en silencio este día y permitan que el glorioso corazón de nuestra Santísima Madre los inspire y los atraiga más profundamente a su vida de fe, esperanza y amor.

Querida Madre María, en ese primer Sábado Santo, vigilaste a tu Hijo. Permitiste que el don divino de la esperanza creciera dentro de ti, y permitiste que esa esperanza fuera tu fuerza en medio del horror de la Cruz. Ore por mí para que pueda meditar en su hermoso corazón este día para que yo también pueda estar lleno de esperanza al soportar los desafíos de esta vida terrenal. Dame un corazón de gozosa anticipación mientras espero la gracia de una nueva vida que nuestro Señor desea tan profundamente otorgarme. Madre María, ruega por mí. Jesús, en Ti confío. 








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