PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Pensamiento bíblico:
Dijo Jesús a los discípulos de Emaús: «¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria?» Y, empezando por Moisés y continuando por los profetas, les explicó lo que se refería a él en todas las Escrituras. Más tarde, abrió el entendimiento a los apóstoles para que comprendieran las Escrituras. Y añadió: «Así estaba escrito: el Mesías padecerá y resucitará de entre los muertos al tercer día» (Lc 24,26-27.45-46).
Pensamiento franciscano:
La Leyenda de los tres compañeros recoge estas palabras de san Francisco dichas al principio de la Orden: «Bien sé, hermanos, que el Señor nos ha llamado... para que nos dediquemos principalmente a la oración y acción de gracias, predicando de tanto en tanto a los hombres el camino de la salvación y dándoles consejos saludables» (TC 55).
Orar con la Iglesia:
Oremos a Dios, nuestro Padre, en este tiempo de gracia, en este día de salvación.
-Para que en el gobierno y en las leyes de la Iglesia se trasparente siempre la Ley nueva de Cristo.
-Para que los cuerpos legislativos y ejecutivos de las naciones respeten la dignidad del hombre.
-Para que los enfermos, los pobres, los marginados... sean convenientemente atendidos.
-Para que cuantos nos llamamos y somos cristianos reconozcamos la presencia de Cristo en nuestros prójimos que sufren.
Oración: Llegue a tu presencia, Señor, el meditar de nuestro corazón y que te agraden las súplicas de nuestra boca. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén,
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