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lunes, 8 de febrero de 2021

 



Reflexiones diarias sobre la Divina Misericordia
365 días con santa Faustina
Reflexión 39: Pérdida del consuelo espiritual
Es fácil caer en la trampa de pensar que, debido a que seguimos a Jesús, debemos ser consolados y consolados continuamente en todo lo que hacemos. ¿Es eso cierto? Si y no. En cierto sentido, nuestro consuelo será continuo si siempre cumplimos la Voluntad de Dios y sabemos que la estamos cumpliendo. Sin embargo, hay momentos en que Dios quita todo consuelo espiritual de nuestra alma por amor. Podemos sentir que Dios está distante y experimentar confusión o incluso tristeza y desesperación. Pero estos momentos son momentos de la mayor Misericordia imaginable. Cuando Dios parece estar lejos, siempre debemos examinar nuestra conciencia para asegurarnos de que no sea el resultado del pecado. Una vez que nuestra conciencia esté limpia, debemos regocijarnos por la pérdida sensorial de la presencia de Dios y la pérdida de los consuelos espirituales. ¿Por qué? Porque este es un acto de la Misericordia de Dios en el sentido de que Él nos invita a la obediencia y la caridad a pesar de cómo nos sentimos. Se nos da la oportunidad de amar y servir a pesar de que no sentimos un consuelo inmediato. Esto hace que nuestro amor se fortalezca y nos une más firmemente a la pura Misericordia de Dios (VerDiario # 68).
Reflexione sobre la tentación de alejarse de Dios en el momento en que se sienta deprimido o angustiado. Vea estos momentos como regalos y oportunidades para amar cuando no tenga ganas de amar. Estas son oportunidades para ser transformados por Mercy en la forma más pura de Mercy.
Señor, elijo amarte a Ti y a todos los que pones en mi vida sin importar cómo me sienta. Si el amor a los demás me brinda un gran consuelo, te doy las gracias. Si amar a los demás es difícil, seco y doloroso, te doy las gracias. Señor, purifica mi amor en una forma más auténtica de Tu Divina Misericordia. Jesús, en Ti confío.



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