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miércoles, 17 de febrero de 2021

Reflexión 48: Silencio

 



Reflexiones diarias sobre la Divina Misericordia
365 días con santa Faustina

Reflexión 48: Silencio

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Nuestra lengua puede edificar a otros o cortarlos. Nuestra lengua también tiene un efecto directo sobre nuestra propia alma. Cuando la lengua habla palabras inspiradas por Dios, crecemos en santidad. Cuando la lengua habla palabras que no provienen de Dios, hacemos un gran daño a nuestra alma y a los demás. El objetivo no es tanto el silencio exterior; más bien es silencio interior. El silencio interior significa que pensamos y oramos antes de hablar. Significa que estamos recogidos interiormente y en sintonía con la voz de Dios que habla silenciosa y suavemente dentro de nuestra conciencia. Este recogimiento interior de Dios es necesario si queremos disponernos a hablar las palabras de la Misericordia a los demás en el momento adecuado y de la manera correcta (Ver Diario # 118).

Busca, hoy, convertirte en una persona que está continuamente en sintonía con la voz de Dios dentro de tu propia conciencia. El lenguaje de Dios es real y transformador. Su lenguaje es de comunicación silenciosa pero clara con nosotros. Dios siempre está hablando, ¿estás escuchando? Trate de silenciar sus propios pensamientos e ideas hoy para que pueda escuchar solo lo que Él tiene que decirle.

Señor, te ofrezco mis palabras en este día. ¿Puedo hablar solo lo que Tú me inspiras a hablar? Que pueda escuchar solo lo que Tú deseas que yo escuche. Ayúdame, Señor, a entrar en un recuerdo profundo y continuo de Ti, y que en el silencio de mi corazón pueda encontrarme con Tu divina presencia para poder compartir contigo y Tu Misericordia con los demás. Jesús, en Ti confío.



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