Sea siempre agradecido
Autor: Mons. Rómulo Emiliani, c.m.f.
Usted es un ser afortunado y por eso debe dar gracias, siempre gracias por lo inmensamente rico que es. Es tanto lo bueno que tiene: salud, familiares que le quiere, amigos que se preocupan por usted. Tantas cosas buenas, pero sobre todo tiene el don de la Presencia de Dios en su alma, lo cual tiene un valor incalculable e infinitamente valioso.
En realidad somos inmensamente ricos, pero somos tan inconscientes que no valoramos nuestros haberes positivos y por lo tanto no los aprovechamos y disfrutamos completamente. Sin embargo, nos quejamos todo el tiempo, somos una máquina de quejas y por eso andamos tristes y malhumorados.
Si diariamente hiciéramos un recuento de todo lo bueno que tenemos y diéramos gracias a Dios, así como a las personas que nos han ayudado a ser lo que somos, seríamos muy felices. Uno es más feliz en la medida en que es más agradecido. No espera a mañana, haga hoy un recuento de las cosas buenas que posee. Adquiera el saludable hábito de hacer un recuento diario de sus haberes positivos y se asombrará de su inmensa riqueza personal.
Bienaventurados los que tienen espíritu de gratitud porque llevarán la felicidad donde quiera que vayan. Agradezca todo lo bueno que hagan por usted, diga gracias por todo y a todos. Admire las cosas buenas de la vida; enseñe a otros a ser agradecidos, a descubrir lo que usted está viviendo; no con afán exhibicionista, sino con el sano propósito de que descubran la belleza real de la vida.
Para penetrar en la belleza de la vida debe usted:
1.- Purificar su visión negativa de la vida: Admire lo bueno, aparte de usted todo lo negativo, recuerde que proyectamos lo que percibimos.
2.- Saber alabar: Conviértase en el poeta de lo lindo que hay en la vida. Cante las maravillas de la naturaleza, de la grandeza de Dios, de sus semejantes. Alabe siempre.
3.- Agradecer todo lo bueno que hagan por usted: Diga gracias por todo y a todos, recuerde que la gratitud es la memoria del alma buena.
Como pueden ver, hay un buen número de formas en que podemos cambiar nuestra vida. Por supuesto, esto es si así lo deseamos; si lo llevamos a cabo y claro que podemos llevarlo a cabo si tenemos presente que con Dios somos Invencibles.
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