Reflexiones diarias sobre la Divina Misericordia
365 días con santa Faustina
Reflexión 17: Diríjase a nuestra Santísima Madre en oración
Dirígete a nuestra Santísima Madre en oración confiada. Ella te sostiene cerca de su Inmaculado Corazón y te dirigirá hacia su Hijo, Jesús. Ella es la Madre perfecta, la Madre de Toda Gracia. Confía en Su cuidado e intercesión maternal. Sabe cómo desbloquear las gracias de la Misericordia de su Hijo. Y ella anhela hacerlo por ti, su preciosa hija (Ver Diario # 11).
Reflexione sinceramente, hoy, sobre su relación con la Madre María, la Madre de la Misericordia. ¿Confías en su cuidado e intercesión maternal? Si no estás completamente enamorado de nuestra Santísima Madre y si no confías completamente en su cuidado maternal, dedica tiempo hoy a abrir tu corazón más plenamente a todo lo que Dios quiere bendecir con su cuidado. No tenga miedo de volverse hacia ella. Ella te señalará a su Hijo.
Querida Madre, mi Reina. El Señor te ha confiado el almacén de Su Misericordia. El Rey de Reyes te ha puesto en un trono y te ha encargado de Su Misericordia. Que pueda ir a ti, hoy y siempre, en busca de lo que deseas concederme. Gracias por traerme la Divina Misericordia de tu Hijo. Madre querida, reza por mí. Jesús, en Ti confío.
365 días con santa Faustina
Reflexión 17: Diríjase a nuestra Santísima Madre en oración
Dirígete a nuestra Santísima Madre en oración confiada. Ella te sostiene cerca de su Inmaculado Corazón y te dirigirá hacia su Hijo, Jesús. Ella es la Madre perfecta, la Madre de Toda Gracia. Confía en Su cuidado e intercesión maternal. Sabe cómo desbloquear las gracias de la Misericordia de su Hijo. Y ella anhela hacerlo por ti, su preciosa hija (Ver Diario # 11).
Reflexione sinceramente, hoy, sobre su relación con la Madre María, la Madre de la Misericordia. ¿Confías en su cuidado e intercesión maternal? Si no estás completamente enamorado de nuestra Santísima Madre y si no confías completamente en su cuidado maternal, dedica tiempo hoy a abrir tu corazón más plenamente a todo lo que Dios quiere bendecir con su cuidado. No tenga miedo de volverse hacia ella. Ella te señalará a su Hijo.
Querida Madre, mi Reina. El Señor te ha confiado el almacén de Su Misericordia. El Rey de Reyes te ha puesto en un trono y te ha encargado de Su Misericordia. Que pueda ir a ti, hoy y siempre, en busca de lo que deseas concederme. Gracias por traerme la Divina Misericordia de tu Hijo. Madre querida, reza por mí. Jesús, en Ti confío.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario