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sábado, 19 de diciembre de 2020

¿Fe o duda? Sábado 19 de diciembre de 2020 Lecturas del día de la semana de Adviento

 



¡Mi vida católica!

¿Fe o duda?
Sábado 19 de diciembre de 2020
Lecturas del día de la semana de Adviento
para hoy

O Antífonas de Adviento
17-24 de diciembre

“Yo soy Gabriel, que estoy ante Dios. Me enviaron para hablarles y anunciarles esta buena noticia. Pero ahora te quedarás mudo y no podrás hablar hasta el día en que sucedan estas cosas, porque no creíste mis palabras, que se cumplirán a su debido tiempo ". Lucas 1: 19-20

Imagínese si se le apareciera el Arcángel Gabriel. ¿Cómo habría sido eso? Este Arcángel en particular se encuentra ante la incomprensible belleza y esplendor de la Santísima Trinidad y transmite mensajes de la mayor importancia. Gabriel es el mensajero más notable de Dios. Tómese un momento para reflexionar sobre cómo habría sido una aparición tan gloriosa.

En el pasaje anterior, este glorioso Arcángel se le aparece a Zacarías mientras está cumpliendo con su deber sacerdotal de quemar incienso ante el Señor en el Lugar Santísimo. Cuando Zacarías entra al santuario mientras toda la gente permanece afuera orando, de repente tiene una visión del Arcángel diciéndole que su esposa Isabel tendrá un hijo, a pesar de que tiene muchos años. Pero a pesar de que Zacarías escucha este mensaje de Gabriel, el Arcángel que está delante de Dios, duda de lo que le dicen.

¿Le hubieras creído al Arcángel Gabriel si fueras Zacarías? ¿O habrías dudado? Aunque puede que no haya una manera de saber la respuesta a esa pregunta, es útil reflexionar sobre la humilde verdad de la que muy bien puede haber dudado. Se necesita verdadera humildad para admitir esa posibilidad. Como Zacarías, todos somos débiles y pecadores. Carecemos de la fe perfecta que tenía nuestra Santísima Madre. Y si puedes admitir esto con humildad, entonces estás en una gran posición para superar la debilidad de la fe con la que luchas. Zacarías sufrió mucho por su falta de fe, pero ese sufrimiento llevó a una renovación de la fe cuando nombró a su hijo Juan en obediencia al Arcángel.

Reflexiona hoy sobre lo bien que escuchas todo lo que Dios te dice. ¿Escuchas, crees y obedeces? O preguntas y dudas de la voz de Dios. Sepa que Dios le habla todos los días. Admita las formas en las que le falta una fe perfecta y permita que ese acto de humilde reconocimiento lo fortalezca donde más necesita ayuda.

Señor, sé que me falta la profundidad de la fe perfecta que tanto deseo tener. Sé que me hablas día y noche, y no escucho ni obedezco. Al humillarme ante Ti y confesar mi debilidad de fe, fortaléceme para responder cada día más plenamente a todo lo que me dices. Jesús, en Ti confío.



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