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sábado, 3 de octubre de 2020

Reflexión 277: Misericordia para disipar la tensión

 




Reflexiones diarias sobre la Divina Misericordia
365 días con santa Faustina

Reflexión 277: Misericordia para disipar la tensión

La tensión es a menudo parte de la vida. Algunos se enfrentan a mucha tensión, frustración e incluso rabia extrema en su vida diaria. Al principio, la ira de otro puede ponerlo en guardia y tentarlo a temer. Ésta es una reacción normal. La ira de otro también puede empujarte a reaccionar y a luchar con tu propia ira, despecho y amargura. Puede ponerse a la defensiva e incluso arremeter. Pero la Misericordia de Dios puede traer paz a cualquier situación. Su Misericordia es otorgada cuando haces la vista gorda a la ira que enfrentas de otro y les hablas tan dulcemente como lo harías con Jesús. Deje la ira de Dios a Dios. Si Él te inspira a manifestar Su santa ira, sabrás qué decir y cómo decirlo y esto será un acto de Su misericordia. Pero no se sorprenda si Dios le inspira a actuar con extraordinaria bondad en tal situación. Esto requiere una gran determinación y mucha paciencia. No permita que se involucre o se enrede en la ira irracional de otro. En cambio, deja que la paz de la Misericordia de Dios inunde tu alma de tal manera que, a través de ti, Su gracia disipe todo vicio (VerDiario # 1377).

Reflexione sobre las situaciones habituales de tensión e ira con las que se enfrenta. Quizás tú eres la causa o quizás eres el objetivo. Cualquiera que sea el caso, sepa que la paz de Dios puede reinar. Busque Su paz, mantenga sus ojos en ella y permita que este enfoque firme se convierta en una fuente de Su abundante Misericordia. Él te ama y quiere liberarte de estas cargas.

Señor, te invito a entrar en la tensión de mi vida. Primero, te entrego mis propias frustraciones y enojo. Libérame de estas pasiones rebeldes y reemplázalas con Tu paz. Ayúdame también, querido Señor, cuando enfrento la ira injusta de otro. Mantenme tranquilo y enfocado en Tu Corazón. Ayúdame a reaccionar como Tú quieras y a ser un instrumento de Tu paz. Jesús, en Ti confío.

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