Entonces, ¿por qué se les ocultó el significado de esto? Interesante. Aquí Jesús les dice que "presten atención a lo que les digo". Y luego comienza a explicar que sufrirá y morirá. Pero no lo consiguieron. No entendían lo que quería decir y "tenían miedo de preguntarle sobre este dicho". |
La verdad es que Jesús no se ofendió por su falta de comprensión. Se dio cuenta de que no lo entenderían de inmediato. Pero esto no le impidió decírselo de todos modos. ¿Por qué? Porque sabía que llegarían a comprender con el tiempo. Pero, al principio, los Apóstoles simplemente escucharon con un poco de confusión. |
¿Cuándo llegaron a entender los apóstoles? Ellos entendieron una vez que el Espíritu Santo descendió sobre ellos guiándolos a toda la Verdad. Se necesitó la obra del Espíritu Santo para comprender misterios tan profundos. |
Lo mismo ocurre con nosotros. Cuando enfrentamos el misterio de los sufrimientos de Jesús, y cuando enfrentamos la realidad del sufrimiento en nuestras propias vidas o en las vidas de aquellos a quienes amamos, a menudo podemos estar confundidos al principio. Se necesita un don del Espíritu Santo para abrir nuestra mente para comprender. El sufrimiento suele ser inevitable. Todos lo soportamos. Y si no permitimos que el Espíritu Santo obre en nuestras vidas, el sufrimiento nos llevará a la confusión y la desesperación. Pero si permitimos que el Espíritu Santo abra nuestra mente, comenzaremos a comprender cómo Dios puede obrar en nosotros a través de nuestros sufrimientos, así como trajo la salvación al mundo mediante los sufrimientos de Cristo. |
Reflexione hoy sobre lo bien que comprende tanto los sufrimientos de Jesús como los suyos. ¿Estás permitiendo que el Espíritu Santo te revele el significado e incluso el valor del sufrimiento? Reza una oración al Espíritu Santo pidiendo esta gracia y deja que Dios te lleve a este profundo misterio de nuestra fe. |
Señor, sé que sufriste y moriste por mi salvación. Sé que mi propio sufrimiento puede cobrar un nuevo significado en Tu Cruz. Ayúdame a ver y comprender más plenamente este gran misterio y a encontrar un valor aún mayor en Tu Cruz y en la mía. Jesús, en Ti confío. |
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